«Tonos celestiales» para 16 conciertos en «escenarios únicos»

D. Casillas
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El IV Festival de Órgano 'Provincia de Ávila', clausurado el domingo en Arenas de San Pedro, ha conseguido un gran éxito de público conjugando su interés cultural con la aportación al turismo rural

«Tonos celestiales» para 16 conciertos en «escenarios únicos»

Se clausuraba el pasado domingo en Arenas de San Pedro, con la actuación de Jesús Sampedro, profesor del Conservatorio de Sevilla, el IV Ciclo de Conciertos de Órgano 'Provincia de Ávila', programa organizado por la Asociación Organaria con la colaboración con la Asociación Rétor de Orbita, la Asociación San Juan de la Cruz de Fontiveros, y con el apoyo de los ayuntamientos y parroquias anfitrionas que ha ofrecido dieciséis conciertos en ocho municipios a lo largo del verano.

El ciclo, que arrancó el día 25 de junio, «ha resultado ser un evento excepcional que ha permitido que los amantes de la música y la cultura disfruten de 16 conciertos memorables en escenarios únicos», según ha manifestado Francisco Javier López, organista de la Catedral de Ávila y coordinador por parte de Organaria de este festival, el cual recordó que «Fontiveros, Orbita, Madrigal de las Altas Torres, Arévalo, El Tiemblo, Piedrahíta, El Barco de Ávila y Arenas de San Pedro han sido el escenario de estos eventos, convirtiendo a estos instrumentos en una puerta de entrada a la espiritualidad y la belleza estética».

Asistir a un concierto de órgano en la provincia de Ávila, añade López, «se ha convertido para el numeroso público que ha asistido en una experiencia que trasciende las palabras; los majestuosos sonidos que emanan de los tubos, desde los graves profundos hasta los agudos celestiales, han llenado las naves de nuestras iglesias y envuelto a la audiencia en una cascada de notas que tocan el alma. La acústica excepcional de estos espacios sagrados  añade una dimensión adicional a la experiencia, creando un ambiente que permite a los oyentes sumergirse por completo en la música».

«Tonos celestiales» para 16 conciertos en «escenarios únicos»«Tonos celestiales» para 16 conciertos en «escenarios únicos»Esos dieciséis conciertos, continúa explicando el responsable de Organaria, «han abarcado un repertorio diverso que va desde las obras más emblemáticas del repertorio español hasta autores de toda Europa; desde los conciertos en los que el órgano como solista es el protagonista hasta la actuación en maridaje con la voz de una soprano, un barítono, un violín, la gaita salmantina o incluso un teatro de títeres representando a Maese Pérez el organista». Además, «los músicos invitados, tanto nacionales como internacionales, son verdaderos virtuosos del órgano y elevan cada actuación a un nivel sublime. Juan Paradell, organista emérito del Vaticano; el profesor del conservatorio de Gante (Bélgica), Frank Heye;  los organistas de las catedrales de Málaga, Jerez, Ciudad Rodrigo y Ávila: Antonio del Pino, Ángel Hortas, Manuel José Gutiérrez y Francisco Javier López; profesores de los Conservatorios Superiores de Valencia, Sevilla y Salamanca: Carlos Paterson. Jesús Sampedro y Samuel Mallo; las organistas Gema Ojos Negros, Celia Miranda, Cancho López y las sopranos Blanca Gómez, Vanessa Satur y Sara Matarranz, la violinista Elsa Ferrer, la Gayta salamanquina de José Ramón Cid o la compañía de títeres Antonio Pino… una variedad que asegura que haya algo para todos los gustos musicales, y cada actuación es una oportunidad para descubrir nuevas facetas de la música de órgano».

fomento de la cultura. Considera además López que este ciclo «juega un papel crucial en el fomento de la cultura musical en la provincia de Ávila» y «ofrece oportunidades para que jóvenes músicos y estudiantes de música se presenten en un escenario profesional y compartan su talento con el público», que es lo que ha ocurrido «con los conciertos ofrecidos al ganador del Festival de Interpretación de Música ibérica para órgano de Burgos, que este año recayó en la organista de Arenas de San Pedro, Celia Miranda», lo cual «contribuye al desarrollo de la próxima generación de músicos  y al fortalecimiento de la apreciación por la música clásica en la comunidad local».

Así mismo, añade, «este festival, gracias a los fondos aportados por la Diputación, ha propiciado que órganos como el de Piedrahíta puedan haber sido puestos a punto para el uso cotidiano», además de que se ha contribuido «a que todos los instrumentos se revisen y que el uso garantice el funcionamiento de los mismos».

Pero este festival, apunta Francisco Javier López, «no sólo enriquece la vida cultural de la provincia, sino que también contribuye significativamente al turismo local», ya que «cada año atrae a amantes de la música de todo el mundo que vienen a disfrutar de las actuaciones y a explorar los tesoros históricos de Ávila», un éxito de público que «no sólo beneficia a la economía local, sino que también promueve el entendimiento cultural y la apreciación de la herencia musical española».

Manifiesta también el organista de la Catedral de Ávila que, por todos esos motivos, «el Festival de Órgano de la Provincia de Ávila es mucho más que una serie de conciertos; es una experiencia sensorial que toca el corazón y el alma de quienes tienen la fortuna de asistir, es un regalo para los sentidos. Al celebrar la música de órgano en la hermosa provincia de Ávila, este festival honra la rica tradición musical y cultural de la región y ofrece a los visitantes una oportunidad única de sumergirse en la belleza y la espiritualidad de la música». 

Teniendo en cuenta que «la música es un lenguaje universal que tiene el poder de transportarnos a diferentes épocas y lugares, despertando emociones y evocando recuerdos» y que «uno de los instrumentos más fascinantes y venerados en la historia de la música es el órgano, un instrumento que ha acompañado a la humanidad durante siglos con su majestuosidad y belleza sonora», acaba el organista abulense afirmando que «en este contexto, el Festival que la Asociación Cultural Organaria programa para  la provincia de Ávila se ha convertido en un evento anual que celebra la riqueza y la trascendencia de este instrumento en una región rica en historia y cultura, una experiencia sonora que transporta a los visitantes a una dimensión de belleza y espiritualidad única».