El fútbol abulense está con el colmillo afilado.Y no le falta razón después de un fin de semana en el que ha vuelto a ponerse de manifiesto que las instalaciones deportivas de la ciudad «son las que son». Y a día de hoy parece que no son suficientes después de un nuevo episodio vivido por la falta de vestuarios suficientes en los campos de Sancti Spíritu para dar cabida a todos sus usuarios.No es una denuncia nueva, pero sí ha tomado un mayor calado a raíz de la denuncia realizada a través de las redes sociales por uno de los entrenadores del Deportivo Arenas, César Moreno, cuando a la llegada de los equipos alevín y benjamín de la liga provincial a las instalaciones abulenses se encontraron con la sorpresa de que «no tenemos vestuarios disponibles para que se cambien los niños».Ocupados por los equipos de la categoría juvenil, que jugaban previamente, «nos dicen que nos tenemos que cambiar en la calle, con 5 grados de temperatura y sensación térmica de 2».La denuncia, colgada a través de las redes sociales el mismo fin de semana no tardó en hacerse viral entre aquellos que viven el fútbol de cerca.  

Y es que no es la primera vez que ocurre. En el caso del Deportivo Arenas la situación ya se había repetido el pasado fin de semana con los juveniles. Y aunque el enfado ya era evidente, «esta vez estamos hablando de niños pequeños» señala el propio César Moreno ante un problema en el que carga la principal responsabilidad en la planificación de los horarios desde la Federación de Castilla y León de Fútbol. «Las instalaciones son las que son.Desde el Ayuntamiento de Ávila nos dicen que hay lo que hay.Entendemos que es más una responsabilidad de la federación, sobre todo cuando nos enteramos que durante la mañana el campo A había estado vacío y sin partidos». Y es por ello que la primera petición se ha puesto en manos de la Delegación Provincial. «Nos pusimos en contacto con ellos al momento de ocurrir» reconoce César Moreno, que considera que se podría poner solución con una mejor distribución de los horarios.

Lo que tiene claro es que «lo que ocurrió no debe pasar más». La imagen de los niños cambiándose en la calle o en los aseos ha vuelto a poner en evidencia la situación de las instalaciones deportivas de la ciudad. «Nos dieron ganas de irnos sin jugar, pero no lo hicimos por los niños».