El cambio climático amenaza a las aves esteparias en la Meseta

SPC
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En Castilla y León hay 24 Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA) esteparias, con 600.000 hectáreas, dos veces la superficie de la comarca del Bierzo

El cambio climático amenaza a las aves esteparias en la Meseta

Los ornitólogos advierten de que el impacto del cambio climático amenaza a las aves esteparias en la Meseta septentrional, la que representa a la mayor parte de Castilla y León, en referencia a especies tan simbólicas como el sisón o avutarda. "De continuar así, estaremos en una situación muy parecida, pronto, a la de países del norte y centro de Europa, donde estos animales están prácticamente extinguidos", alerta el experto Eduardo de Juana, quien recientemente publicó el libro sobre 'Aves de estepas y secanos, presagio de una extinción", editado por SEO BirdLife.

Se trata de un análisis "bastante concluyente" que sintetiza los resultados obtenidos en el Libro Rojo de Aves de España y el Atlas de Distribución, en los que se apunta una "reducción tremenda", según explicó el investigador a Ical.

Como ejemplo, la tendencia del sisón, un ave esteparia cuya población ha caído entre 2002 y 2014 a la mitad de la población. "Si esto sigue así, nos podemos quedar sin sisones muy rápido. Han pasado de ser vulnerables a considerarse especie en peligro de extinción", alertó. Similar es el caso de la avutarda, que "se mantiene" desde hace años, pero la cual ya "está empezando a bajar". Esto se observa, prosigue De Juana, en las Lagunas de Villafáfila, "principal bastión en el mundo de la especie", donde su población subió hasta las 3.300 unidades, y en 2020 se contabilizaron 800 menos.

En el caso de otros pájaros esteparios se ha constatado una "reducción rápida" en la Meseta Norte, como son la ganga ibérica o la ortega, que "prácticamente viven solo en España y sufren una disminución brutal". "La mayor parte de ellas crían aquí solamente", explica el experto.

En Castilla y León se contabilizan 24 Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA) esteparias, de un total de 70 ZEPA. Estas 24 ocupan algo más de 600.000 hectáreas, es decir, dos veces la comarca del Bierzo, y representan el 6,4 por ciento del territorio de la Comunidad (94.226 kilómetros cuadrados). Solo en Extremadura los terrenos bajo esta figura ocupan una cifra mayor, el 9,7 por ciento.

El libro de Eduardo de Juana hace énfasis en el caso interesante del aguilucho papialbo (Circus macrourus), que en los últimos tiempos está por un lado abandonando sus reductos en las estepas ruso-ucranianas, cada vez más alteradas, y por otro, colonizando terrenos deforestados de Finlandia. Se trata de un ave de pelaje entre gris y blanco que ha criado ya esporádicamente en otros países europeos, como lo hizo en Tierra de Campos en 2019.

Con todo, en Europa las aves esteparias se hacen en general más comunes hacia el sur. Por su tamaño y relieve, la Península Ibérica ofrece mayor extensión de hábitat estepario que la Itálica y Balcánica, de manera que las poblaciones de España son las más importantes para estas especies en Europa. Así ocurre con la avutarda, alcaraván, cogujada común o triguero, además de otras más norteafricanas que asiáticas, que solo en Iberia alcanzan suelo europeo. Es el caso de la ganga ibérica, la ortega, la alondra ricotí, la cogujada montesina, la terrera marismeña y el camachuelo trompetero.

Baja diversidad de especies

La Meseta septentrional, en la cuenca del Duero, es de entre las grandes regiones esteparias españolas "la más húmeda y, en consecuencia, la que en la actualidad presenta un menor porcentaje de barbechos y eriales". Esto conlleva una "relativa baja diversidad media de especies", pero la abundancia de alondra común, collalba gris y bisbita campestre la asemeja a los campos de Francia, Alemania y otros países europeos, tal y como destaca el libro.

En Tierra de Campos, no obstante, sobre todo en el entorno de las Lagunas de Villafáfila, "algo más árido", se concentran poblaciones relevantes de otras especies, sobre todo avutarda.