Como cada verano de estos últimos años, esta es la VII edición de este evento de polifonía, tan popular y bien acogido por el público arevalense, la gente aficionada a la polifonía, y que un año más ha ofrecido la Coral La Moraña de Arévalo, en su oferta musical anual, bajo la dirección de Verónica Castañeda Lucas. Alguna de las interpretaciones están arregladas para la polifonía por ella. Los coralistas, ataviados de blanco con el pañuelo naranja de aniversario. Entre el público se encontraba el alcalde Vidal Galicia y varios concejales, la corporación arevalense siempre ha apoyado esta actividad que tanto ha paseado el nombre de la ciudad por España y por el extranjero.

Y un año más, comenzaron cantando a misa de las 20 h. de la parroquia de Santo Domingo de Silos. Recordemos que el pasado año coincidió con la misa de San Ignacio de Loyola en el V Centenario de la Conversión. Diferentes obras de polifonía religiosa se sucedieron durante la celebración. Al finalizar, el párroco Sebastián Gil agradeció la intervención musical.

Ya en las plazas de Arévalo, la primera parada fue ante la parroquia, en la Plaza del Arrabal donde se interpretaron tres composiciones, ahora sí de polifonía popular y desenfadada, ante un público expectante y seguidor.

Arrancó la comitiva de los coralistas con el numeroso público que congregaron, cual comitiva del flautista de Hamelin para llegar a la segunda entrega musical, en la Plaza de la Villa, amplia y despejada, de gran resonancia y grandes recuerdos para esta coral. A continuación, los coralistas y el público se dirigieron a la Plaza de San Pedro, en la Villa vieja, recién remodelada donde continuó la oferta de canciones.

 La cuarta intervención fue en la Plaza del Císter, ya cayendo la noche, un nuevo marco para estas actuaciones, nuevamente en un espacio con buena sonoridad. Entre las más aplaudidas estuvieron 'Por eso cantamos juntos', 'Esta tierra', 'El coro de Nabuco'. En fín, todas, doce canciones y los bises, las imprescindibles 'Canto a Castilla' y la 'Jota de Arévalo'. Grandes aplausos premiaron esta edición de la Música en la calle, que otro verano más llena de acordes lugares de la ciudad seguidos por tantos fieles seguidores.

Para finalizar la noche, los miembros de la coral celebraron una cena de hermandad en un céntrico restaurante de la ciudad, a la vera y  frescor del Adaja.