José Guillermo Buenadicha Sánchez

De la rabia y de la idea

José Guillermo Buenadicha Sánchez


¡Cuatro millones de eeeeuros...!

22/12/2023

–A ver, alcalde: el gasto no es mucho. Pero no sé si es lo mejor para resolver lo de las cuentas del año que viene.
—¿Cómo que no? Son cien décimos, diez números; si nos toca nos llevamos limpios más de treinta y dos milloncejos de euros tras impuestos —nosotros somos muy de cumplir con Hacienda— que dan para dejar la insostenible deuda a cero y arreglar el estropicio al que nos ha abocado la oposición antiabulensista con lo de las ordenanzas.
—Mira, como teniente de alcalde de Hacienda soy consciente de que tenemos un problema para cuadrar el presupuesto, pero los ingresos tienen que estar basados en el principio de prudencia. Y jugar a la lotería de Navidad no sé dónde encajaría en el plan general contable, la verdad. Por no hablar de que el interventor seguro que nos pondrá reparos en el gasto. ¿No sería mejor negociar con los grupos de la oposición? O, incluso, mirar lo de bajar gastos en vez de subir ingresos, como dicen.
—Bajar gastos… ¡no jorobes! Los únicos que bajaremos son algunos impropios para ayudar a convencer a las asociaciones y vecinos de que la situación es dura. No pretenderás que quitemos necesarias liberaciones o hagamos menos inversiones. Ya sabes que Ávila está en estado de coma y tenemos que revertir la situación generada tras treinta años de abandono por el gobierno de los mismos…
—¡Para, que yo soy de tu grupo; no hace falta que me sueltes el mitin!
—Además, es una deuda histórica la que tiene el sorteo del Gordo con Ávila. Una muestra más del centralismo y de cómo los partidos tradicionales solo han mirado a Madrid o a Valladolid.
—¿Desde tiempos de Carlos III, alcalde?
—Desde siempre. Recuerda cuando el Abula romana. ¿Qué han hecho los romanos por nosotros, si se puede saber? El acueducto se lo llevó Segovia.
—Bueno, vale. Pero ya sabes que es muy difícil que toque; las probabilidades son de una entre cien mil. Más o menos las mismas que tenemos de que el PP nos vote a favor los presupuestos, por cierto.
—Ya he pensado en eso; sé que hay casi tantas bolas en los bombos como baches en la ciudad, pero eso podemos arreglarlo si ofrecemos alguna liberación a los niños de San Ildefonso. O incluso un puesto en nuestras listas. Que se impliquen en el equipo de gobierno, que hace falta savia fresca.
—No sé, me parece que sería mejor acertar con el número.
—Eso ya está resuelto. No he cogido uno cualquiera. Verás, he sumado los días que han estado cortadas este año las calles más importantes de la zona noreste de la ciudad por las obras de la red de calor y los he multiplicado por el número de curvas innecesarias y cruces de acera o invasiones de rotonda que tiene el carril bici. Al resultado le he sumado seis, los tramos de las escaleras mecánicas que hemos conseguido por fin inaugurar. Es imposible que no salga.
—Pues no lo veo, qué quieres que te diga. Yo creo que mejor sería hablar con los verdes, quizás estén dispuestos a dejarse engatusar… quiero decir, a negociar en bien de Ávila. Además, ahora tienen un nuevo presidente provincial.
—¡Uy, calla! A esos sí que les ha tocado el «gordo» en la lotería. Nada, jugamos, y si solo nos sale la pedrea, podremos al menos comprar unos aparcabicis como regalo de Navidad para uno que yo me sé…