"La libertad de cada uno depende de lo que quiera el individuo"

Esther Molinero (SPC)
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La española es directora del Instituto Jane Goodall en el Congo desde hace 20 años y lidera proyectos en la selva. Considerada una de las 20 mujeres más influyentes del futuro, combina intelecto, amor y preocupación por las generaciones venideras

La gallega de Serantes, parroquia de Ferrol, lleva 19 años en África en contacto directo con los primates.

Hoy, Día Internacional de la Mujer, salen a la luz muchas historias protagonizadas por féminas. La de Rebeca Atencia, galaica de pro y mano derecha de la pionera y referente internacional conservacionista Jane Goodall, ha traspasado las fronteras del extenso continente africano, donde lucha por garantizar la supervivencia de los primates y ahora cuenta su ingente labor y la de su mentora en la serie documental Jane Goodall: La esperanza de los chimpancés que el canal Odisea estrena esta tarde. 

Se la conoce como la española heredera de la primatóloga inglesa Jane Goodall. ¿Qué opina?
Nadie puede ser Goodall porque cada persona es única. Yo llevo trabajando muchos años con Goodall. Tengo un mensaje similar y compartimos, pero cada una tiene sus peculiaridades, somos diferentes. 

¿De dónde le viene esa afición por los chimpancés?
Yo siempre he tenido pasión por la naturaleza y por proteger el medio ambiente. Soy gallega, de Serantes, un pueblo cercano a Ferrol, y desde pequeña iba al monte con mi familia. Rodeados de eucalipto vivíamos nuestro pequeño mundo selvático, eso era mágico. Ahí empezó a entrarme el amor por la naturaleza y luego, por salvaguardarla, por rescatar animales heridos y devolverlos a su hábitat. 

De ahí que se decantara por estudiar veterinaria. ¿Dónde la realizó?
Eso es. El primer año lo estudié en Lugo y luego fui a Madrid a la Complutense. Me especialicé en los chimpancés porque quería trabajar con animales salvajes y estos primates son la especie más cercana al ser humano. Mientras estudiaba buscaba dónde podría trabajar con chimpancés en libertad y por eso fui al Congo porque era el único sitio donde había. 

Aquí hago de todo, desde hablar con un ministro, arreglar un motor hasta anestesiar monos"

¿Sigue unida a la Universidad?
Hice el doctorado con una tesis sobre la fisiología de los chimpancés y, ahora, soy profesora visitante de la Universidad Complutense de Madrid. Asociada al departamento de Fisiología Veterinaria, colaboro con otras áreas para aportar conocimientos. Dirigir un proyecto como el del centro de rehabilitación del Instituto Jane Goodall donde se conserva un medio conlleva trabajos de botánica, de ecosistemas, de desarrollo sostenible con las poblaciones locales, de educación. Es multifactorial. Hay muchas especialidades.

¿Cuando conoció a Jane Goodall y que destacaría de ella? 
La primera vez que la vi fue en Alicante, donde yo trabajaba con animales en cautividad. Estábamos creando un centro de recuperación de primates, Primadomus, en Villena. Se necesitaban permisos, y llamaron a Goodall para que les ayudara. Ahí aproveche para decirle que gustaría ir a África, pero sin más. 
Realmente donde conectamos fue un año más tarde. Yo estaba en la selva introduciendo chimpancés en otro proyecto, en un lugar remoto. Jane Goodall fue porque ella necesitaba dar un cambio al centro de rescate que ya tenía en Tchimpounga y buscaba ideas. Ella vio en mí algo que necesitaba. Fue recíproco. En el 2005 hablamos y en el 2006 empecé a trabajar en el Instituto Jane Goodall en la República del Congo. 
De Goodall lo que me gusta es que cree mucho en la gente joven que tiene pasión por algo. No solo ese instinto de conservación de los chimpancés, si no de cualquier cosa de la que esté apasionado por hacer algún cambio. Eso debió ver en mí. Yo llevaba un año trabajando con reproducción de chimpancés. Yo les salvaba y ellos me protegían a mí muchas veces de las adversidades. Estaba en el culmen de mi amor por ellos. Sólo hablaba de naturaleza, de inmersión y a mi manera, porque entonces apenas sabía inglés. (Ahora fala el castellano, el gallego, el inglés, el francés y el portugués). 

Con la conocida primatóloga Jane Goodall, comparte infinidad de experiencias. 

¿Cómo es su día a día en el centro de rehabilitación de Tchimpounga?
Cada día me tengo que adaptar a lo que surja y hacer que funcione, que encajen las piezas del puzzle para que otros puedan desarrollar su trabajo correctamente. Aquí varía mucho la previsión que tengas a lo que acontece. En África se depende mucho de la climatología. En los años que llevo aquí he aprendido a hacer de todo, desde hablar con un ministro a arreglar el motor de un coche o hacer una anestesia a un gorila. 
Dispongo de un equipo local y de gente de fuera muy bueno, entre ellos varios españoles, las dos veterinarias María Ruiz y Alejandra Ramírez y el responsable de imagen y comunicación Fernando Turmo, que estamos en continua formación con diferentes especialistas. 

¿Qué mensaje transmitiría a la gente que quiere seguir sus pasos?
Que sepan lo que quieren y que empiecen a labrar sus sueños porque éstos son posibles. Los logros dependen de uno mismo y hay que luchar muy duro. No aparecen de repente. Para que se cumplan hay que esforzarse y formarse. Si aparece la ocasión hay que cogerla y arriesgar, porque si no estás listo, se va el tren. 

Goodall cree en la gente joven que tiene pasión por algo, no sólo por los chimpancés"

¿Qué lección ha aprendido de los chimpancés?
Pensamos que lo sabemos todo, hasta lo que quieren otros, y no, sobre todo con el concepto de libertad. Vine aquí para liberar chimpancés en la selva, y aprendí que no es así. La libertad de cada uno depende de lo que quiera el individuo. Al principio insistía en llevarles a lugares que creía que estarían mejor pero lo que quieren ellos es elegir dónde estar, lo difícil es preguntarles cómo. 

¿En qué proyecto está actualmente?
Cada año emprendemos uno y lo más importante es que hacemos seguimiento de todos los iniciados. Ahora trabajamos en liberar en el Parque Nacional de Conkouati a 33 de los ejemplares más capaces y equilibrados de Tchindzouloub. Adiestramos perros para que detecten marfil y evitar el tráfico ilegal y muchos más planes que desvela la serie Jane Goodall: la esperanza de los chimpancés en seis entregas.