Menú 'made in Ávila' para la presidencia europea de España

E.C.B
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El restaurante Barro, con su chef Carlos Casillas al frente, será el encargado junto a otros dos proyectos jóvenes del País Vasco y Cataluña de elaborar el menú que se servirá el 3 de julio en la comida del inicio de la presidencia española de la UE

Menú 'made in Ávila' para la presidencia europea de España

Escuchar, investigar y descubrir todo lo que ha nutrido el legado y la cultura gastronómica de Ávila para actualizarlo bajo un prisma gastronómico del siglo XXI. Esa es la esencia de Barro, el restaurante que abrió hace apenas tres meses en la céntrica calle San Segundo de la capital abulense de la mano del chef Carlos Casillas y que será el encargado, junto a otros dos proyectos jóvenes del País Vasco y Cataluña, de elaborar el menú que degustarán 450 comensales el próximo 3 de julio en Bruselas en la comida en la que España accederá a la Presidencia de la Unión Europea.

Un encargo que, como bien dice este joven chef abulense, «demuestra que Ávila está muy presente a nivel gastronómico y sobre todo, que hay futuro aquí». «Se trata de un menú en el que cooperamos tres proyectos jóvenes que se nutren de la misma formación que tenemos nosotros y que dibujan un horizonte de apostar por su tierra en tres puntos diferentes de España, todos ellos desde un prisma rural y apegado al producto», explica Carlos Casillas, quien añade que «nosotros, con un guiño a Europa y a una cocina internacional, queremos mostrar la diversidad de nuestro mundo vegetal y de esas huertas que están en pleno apogeo, y queremos hablar también de esta provincia y de las cosas que ofrece, porque pese a ser pequeña, a nivel agroalimentario sin duda es una de las más interesantes que podemos encontrar en España».

Y es que este menú supondrá para Barro y su chef Carlos Casillas uno de los escaparates más importantes en cuento a proyección por su relevancia tanto a nivel nacional como internacional.

«España va a tener durante seis meses la presidencia europea en la que va a poder narrar y compartir todas las historias que se encuentran en nuestro país y, al final, estamos en un momento en el que se está produciendo una vuelta al origen, a las actividades primarias y a recuperar el valor intrínseco que está en la tierra que desde Barro defendemos y que creo que puede ir de la mano de cosas que se pueden defender durante este tiempo», subraya Casillas, quien indica que «para nosotros es una oportunidad para que las instituciones sepan lo que es vivir en una provincia pequeñita como Ávila y que no es como muchas veces no hacen pensar, algo que te llega porque no tienes otra salida, sino que es una decisión, pues si estamos en Ávila es porque queremos».

Se trata, pues, de «una oportunidad maravillosa y una suerte poder ser embajadores de Ávila más allá de nuestras fronteras», asegura Carlos Casillas, «así que si la gastronomía sirve como pretexto para conectar personas en torno a una mesa, que también nos sirva para conectar puntos más allá de nuestra geografía y que esos puntos confluyan en un espacio como puede ser Ávila».

 

Barro, una «revolución».  Barro, el nuevo proyecto gastronómico de Carlos Casillas en el que trabaja junto a un equipo multidisciplinar compuesto por seis jóvenes, tiene vocación de representar la cocina de Ávila del pasado en el presente, pero también con una mirada puesta en el futuro, con «muchos productos y proveedores de esta tierra para nutrir  un menú que es en esencia por y para Ávila», explica.

Más que una evolución, se trata de «une revolución, una reinvención» de lo que era el bar de vinos MûD, con «una visión más gastronómica y basada en la investigación», comenta el chef, quien recuerda que su afición a la cocina comenzó «en casa, con mi abuelo y mi madre», pues «era algo que me gustaba y a lo que le dedicaba tiempo, muchas veces sin darme cuenta de que podía ser una dedicación profesional».

Conoció entonces el Basque Culinary Center, donde se formó durante cuatro años un grado universitario que, como él dice, «me abrió mucho la mente en torno a cosas que en el País Vasco se valoran mucho dentro de su cultura gastronómica y su arraigo al territorio. Fue una apertura de miras para valorar lo que tenemos en casa». Luego se marchó a trabajar con Ferran Adrià a El Bulli Foundation, donde estuvo algo más de un año investigando y redactando un libro de historia que verá la luz a finales de este año.