Anunciar por revelación, conocimiento fundado, intuición o conjetura algo que ha de suceder. Esta es la definición que la Real Academia de la Lengua establece para el verbo 'predecir'. Y en esas está Castilla y León, esperando a ver cuál de todas las predicciones económicas realizadas para este 2023 se cumplen en la Comunidad. Hasta cinco servicios de estudio de entidades y la propia Junta de Castilla y León han publicado sus estimaciones sobre cómo se comportará durante este ejercicio el Producto Interior Bruto autonómico. Un pantone de números que sirve para adivinar la tendencia que seguirá la economía regional en 2023. Pero, como en toda predicción, los pronósticos, pese a beber de la misma fuente, arrojan conclusiones distintas.
Ochocientos millones de euros. Un 8 y ocho ceros por detrás. Esta es la variación que existe actualmente entre la previsión más optimista –el 1,9 por ciento de avance del PIB de Hispalink–, y la más comedida –el 0,6 por ciento de la Airef–. Y es que cada décima hacia arriba o hacia abajo supone un desvío de 70 millones de euros en las estimaciones de crecimiento del Producto Interior Bruto de Castilla y León, que el pasado año alcanzó un nuevo récord al llegar hasta los 66.700 millones.
Para 2023, las predicciones de los estudios de servicio y de la propia Junta esperan un avance del PIB autonómico de entre 400 y 1.300 millones de euros, lo que llevaría el total hasta casi romper la barrera psicológica de los 70.000 millones, espoleados por la recuperación económica y el impulso de la inflación.
Como suele ser habitual, el Ejecutivo autonómico presenta una de las previsiones más elevadas de todas, y que esta semana el consejero de Economía y Hacienda,CarlosFernández Carriedo, confió en que se cumplan, descartando cualquier riesgo de recesión en la Comunidad.
En lo que todos los centros de estudios coinciden es en que la economía de Castilla y León crecerá por debajo de la media nacional. Cuatro de las cinco entidades consultadas –Unicaja Banco, Hispalink, BBVA Research y Funcas– establecen diferencias mínimas entre el avance del PIB regional y el nacional, de entre una y tres décimas; mientras que la Airef dispara la brecha entre la Comunidad y el resto del Estado hasta casi un punto porcentual, y deja a Castilla y León en el vagón de cola del dinamismo económico.