Diez años. Este es el plazo que la Consejería de Medio Ambiente estima que será necesario para que la Sierra de la Culebra se recupere del devastador incendio que el pasado verano arrasó miles de hectáreas de terreno. El director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz, fijó ayer en una década los planes de actuación para la recuperación del entorno de esta zona de Zamora. Para ello se ha celebrado una primera fase que se desarrolló con «reuniones, tanto con las corporaciones locales como con propietarios privados, en las que se han realizado actuaciones para evitar la erosión y arrastre que pudiera provocar la pérdida de suelo». Una fase que el director general dio por finalizada y avanzó las siguientes, que consistirán en «la saca de la madera, que es el primer paso para la recuperación de la masa arbolada en la zona y que evitará la propagación de plagas en los pinares», según informa Ical.
Para ello se están llevando a cabo planes de actuación, con un plazo mínimo de diez años, en los que se está diseñando el plan de restauración, que incluirá la vegetación y masas verdes que repoblarán la zona «más resistentes a incendios, que eviten llegar a fuegos de gran nivel si se repiten situaciones como las del verano pasado». Para ello, se establecerán acuerdos tanto con las corporaciones locales como con los propietarios de terrenos particulares. Una restauración que se dará por concluida en diez años, «aunque se prolongará en el tiempo, ya que se perdieron arboles que tenían más de 50 años de vida».
Unas estimaciones que Arranz realizó durante la presentación de las mejoras en el avituallamiento para el personal del operativo de extinción de incendios forestales y que forman parte del compromiso adquirido en el acuerdo de la comisión de seguimiento en materia forestal del Diálogo Social, firmado en septiembre de 2022.
Las medidas incluyen un primer kit de emergencia, compuesto por barritas energéticas y bebidas isotónicas solubles, del que ya se han repartido 6.400 unidades; y un segundo paquete, asignado a las sedes regionales para su distribución en los puestos de mando, del que ya se están distribuyendo 4.750, y que esta compuesto por frutos secos, galletas saladas y sales solubles. Los kits están adaptados tanto para vegetarianos, como personas con celiaquía.
Arranz destacó que «estas actuaciones tienen como objetivo la revisión de la logística de la alimentación para el personal desplazado a los incendios y mejorar el avituallamiento de los miembros que se incorporan al operativo de urgencia». En relación a las polémicas surgidas el verano pasado sobre la alimentación del personal desplazado en los operativos de extinción, el director general aclaró que «todo procede de una información falsa, vertida en redes sociales», y defendió que «el avituallamiento siempre ha sido correcto, contando con las limitaciones que supone conseguir suministros en territorios muy alejados, con los condicionantes de un incendio de grandes dimensiones». Además, señaló que estos kits son«como su propio nombre indica, de urgencia; que en algunos casos alcanzan el kilo de peso y además los portan los operarios durante su actuación».
Las actuaciones sobre avituallamiento se han centrado tanto en los suministros como en la educación del personal desplazado, para lo cual se ha elaborado un plan en colaboración con el Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas y el Colegio Oficial de Educación Física de Castilla y León. De este modo se ha incorporado a la formación reglada del operativo contra incendios una serie de pautas para la alimentación y educación física, que va más allá de las técnicas de extinción.