Tenía ganas de desconectar, de pasar unos días 'fuera de cobertura'. De hecho, ahora mismo disfruta de unas merecidas vacaciones después de un 2022-23 que ha tenido de todo, bueno y malo a partes iguales. Una temporada en la que Rubén Peña se ha vuelto a superar, a darle la vuelta a las adversidades. Y con todo ese caldo de cultivo empezará en breve a pensar en una 2023-24 ilusionante, aunque en las últimas horas el escenario se haya torcido. Porque el viernes se conocía que los inspectores de la UEFA pedían la expulsión del Osasuna de la Conference League 2023-24, una competición que motivaba e ilusionaba a todos los rojillos, entre ellos a Peña tras una temporada «que se me ha hecho corta».  

Porque el año deportivo ha estado marcado para el abulense por una inoportuna lesión. «Justo ahora, que estaba en mi mejor momento, es cuando ha finalizado la temporada»  lamentaba en cierto modo Rubén. «Ya estoy manos a la obra para no perder la forma física y llegar en la mejor forma física al inicio de la pretemporada.Quiero evitar todo riesgo de lesión» explicaba hace unos días antes de marcharse de vacaciones.

Tras el parón por el Mundial de Qatar 2022 y la minipretemporada que realizó con el equipo, regresó la competición doméstica con un partido en San Sebastián contra la Real Sociedad, «un partido muy exigente». Cuatro días después jugaba la Copa del Rey en Tarragona. «No estaba teniendo malas sensaciones, pero en un sprint me vino un latigazo muy fuerte.Me dejó seco». Lesión en el cuádriceps. Comenzaba entonces «mis peores meses de la temporada».

Es la parte más desconocida para los que vivimos el fútbol desde fuera, pero la más difícil para un futbolista y su familia. Porque no es fácil verse lejos de los terrenos de juego. «Era una lesión que en principio estaba diagnosticada para 5 o 6 semanas.Lo cierto es que a partir de la tercera me empiezo a encontrar bien. Fue entonces cuando trato de forzar mi recuperación porque estábamos jugando cosas importante en Liga y Copa».Eran momentos en los que «siempre estás esperando poder estar para el siguiente partido. Si no, el siguiente, o el siguiente...» Recuerda que «con vistas al partido ante el Sevilla en el Sadar, en un entrenamientos, noté que algo no iba bien. No le dimos importancia y fue cuando comenzó una pesadilla. Pasé a encontrarme mal todos los días». No sólo era en el terreno de juego, era cualquier acción en su vida diaria. «Ante cualquier cosa notaba un pellizco en el cuádriceps. Parecía que era todo mental» confiesa sobre los malos momentos que pasó. Porque las semanas previstas de recuperación ya las había superado, pero aquello no mejoraba.

La octava semana de lesión «fue clave». No había mejoría y decidió plantarse. «Estaba entrenando con molestias, no podía entrar con el grupo». Fue cuando las pruebas revelaron que había sangre en la zona y una rotura mayor. «Cuando te han dicho que son cinco o seis semanas, llevas ocho y la avería es más grave, te hundes».Desde entonces comenzó una lucha, una pelea «contra mi mismo» pero también contra aquellos que «te quieren ver caer». Ante ello «sólo pensaba en volver y volver mejor de lo que estaba». Y así lo hizo.

Desde el partido ante el Nastic de Tarragona, de Copa del Rey, un 5 de enero de 2023, hasta el encuentro de Liga ante el Elche, en el que regresó, fueron cuatro meses. Casi cinco tardó en volver a ser titular. Tras probarse ante el Elche y Rayo –«aún tenía un centímetro de rotura y aunque ya no había riesgo, había que tener en cuenta los tiempos de juego»– regresaba a la titularidad ante el Betis un 22 de abril. Atrás dejaba un auténtico calvario. Fue un final de año en línea ascendente. «Desde que comencé a jugar en abril ha sido ir de menos a más.La pena es que la temporada haya acabado ya».

En ese 'rush finale' había además un reto y objetivo, la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid. No llegó a tiempo de jugar las semifinales ante el AthleticClub. «Eran momentos importantes. Yo quería estar porque el equipo se estaba jugando cosas importantes.Ahí te vienes un poco abajo porque te estás perdiendo momentos muy chulos. Sabía que era una gran duda estar en la final pero por suerte me recuperé a tiempo».

Aunque en su primera temporada –le quedan otros dos años– en Osasuna no haya gozado de la continuidad que le hubiera gustado, lo ha disfrutado. «Ha sido espectacular. Lo que hemos conseguido está a la vista de cualquiera que sepa lo que es jugar en Primera División.Hemos hecho seguramente la mejor temporada en la historia de Osasuna» valora en un año en el que el equipo ha terminado séptimo, consiguiendo con ello la clasificación para una Conference League en seria duda. Además, dos décadas después el equipo volvía a disputar una final de Copa del Rey, «algo que tiene mucho mérito», más aún cuando por el camino dejaron atrás a equipos como el Real Betis, Sevilla o el Athletic para verse en la final con el Real Madrid, finalmente campeón.   Con sinceridad «en una final puede pasar cualquier cosa, pero ante un equipo así, de ese nivel, son favoritos». Aún así pone en valor el partido que hicieron. «Dimos la cara en todo momento y se podría decir que nos hicieron los goles con dos rechaces».  

Hasta donde la lesión le ha permitido, ha disfrutado de la temporada pero también del ambiente de fútbol que se respira en Pamplona. «Es una de las cosas que me hicieron decidirme por el Osasuna». La pasión de la ciudad por su club «era una de las cosas que me llamaban la atención y una vez que estás dentro te siguen sorprendiendo». Es algo que, como abulense, le genera cierta envidia. «Ávila es una ciudad pequeña en la que al final eres de otro equipo grande. Pero aquí eso no pasa. Aquí la gente es de Osasuna, no tiene un primer equipo.Es algo de lo que me he dado de cuenta este año. Es lo que en Ávila nos falta y aquí lo tienen».

Allí donde juega, ocurre algo.... bueno

«Nunca me he equivocado cuando he tomado una decisión» suele decir en tono de broma pero de broma, nada. Es una realidad. Porque los pasos que RubénPeña ha ido dando a lo largo de su carrera siempre han sido hacia adelante.Para él, en su camino personal por ser futbolista, pero también para el club donde ha estado. Se quedó con las ganas del ascenso a Segunda B con el Real Ávila del que formó parte junto a jugadores como Pito, Gustavo, Trujillo, Cabezudo... Pero a partir de ahí, ha vivido momentos claves allí donde ha estado. Tras su paso por el RealValladolid B, con el Guijuelo disputó «el primer playoff de ascenso a Segunda», con el Leganés «viví el primer ascenso del club a Primera División», en los  tres años que estuvo en el Eibar «no estuvimos ni cerca del descenso»,  con el Villarreal «se consiguió el  primer título –salvando la Intertoto por Pellegrini– con la UEFAEuropa League 2021» y ahora con el Osasuna volvieron a jugar la Copa del Rey y la clasificación para la Conference, aunque todo hace indicar que lo que se ganaron en los terrenos de juego lo perderán en los despachos.«Muchas veces nos fijamos en los títulos pero también es cierto que en los años que he estado en Primera nunca me he encontrado cerca del descenso». También tiene su mérito.

Indignación con la UEFA

Este viernes los inspectores del Comité de Control, Ética y Disciplina de la UEFA daban a conocer el resultado del informe realizado como consecuencia de la próxima participación del Osasuna en la Conference League 2023-24 y el 'Caso Osasuna', como se conoce a los hechos ocurridos en la 2013-2014 en el que se demostró el amaño de partidos de manos de ciertas personas del club. Hechos que ya fueron juzgados en su día y cuyos responsables están fuera del Osasuna, pero en los que se amparan los inspectores de la UEFApara pedir la expulsión del club rojillo de la Conference League. Y la indignación es máxima, no sólo en el club y afición rojilla sino entre los aficionados al fútbol.Porque la sensación con todo este asunto es que la UEFA quiere mostrar su fortaleza «con el débil» mientras se muestra «débil con el fuerte». Desde el Osasuna reconocen que están «preparados para lo peor».Porque aunque pueden apelar y apelarán, todo hace indicar que les van a dejar fuera de la Conference.