Editorial

La delicada situación del PSOE y la complejidad de elaborar listas

DAV
-

Si delicada era la situación del PSOE ya de por sí de cara a las elecciones generales del próximo 23-J, esta se está complicando aún más después de los últimos acontecimientos de los que estamos siendo testigos, al menos en la provincia de Ávila, con la designación de candidatos por parte de Ferraz que echa por tierra las primarias que se han venido celebrando los últimos días, una decisión que ha generado un gran malestar en las filas socialistas, hasta el punto de haber candidatos que se han negado a formar parte de una lista de la que no se sienten partícipes. Manuel Arribas, el diputado que sustituyó a Margarita Robles cuando los ministros dejaron de ocupar sillones de congresistas, seguirá encabezando la lista para la que había sido elegida Yolanda Vázquez por los afiliados.

Hubo algún momento en el que los responsables socialistas provinciales especularon con la posibilidad de que Ferraz volviera a situar a algún ministro encabezando la lista de Ávila. Al final, el PSOE les encontró acomodo fuera de nuestra provincia, aunque queda la duda de si lo ha hecho así en esta ocasión por convicción o porque detecta posibilidades de quedarse sin diputado nacional en la circunscripción abulense. No en vano, si se extrapolaran los resultados de las últimas municipales (salvando estas distancias) a unas hipotéticas generales, los socialistas se habrían quedado sin esa representación. El tradicional bipartidismo que otorgaba un diputado a los socialistas y dos a los populares hace ya varias legislaturas cambió, y aunque se veía muy complicado que el PSOE se quedara sin representación por la provincia de Ávila en el Congreso, ahora algunas voces apuntan a ello.

Esta última decisión del comité federal facilita la división y la descomposición del Partido Socialista en la provincia de Ávila, que sufrió un serio varapalo tras las últimas municipales, sin ninguna autocrítica posterior. Y no es excusa para ello la falta de tiempo para recapacitar por la convocatoria precipitada de elecciones generales. 

La falta de unidad fue el gran lastre de los socialistas en el pasado en la provincia de Ávila, fue lo que más daño les hizo, y lo que llevó a las filas de este partido a no poder remontar vuelo elecciones tras elecciones. La unidad se convirtió en la obsesión de sus dirigentes de entonces, y hubo un tiempo en el que se logró cicatrizar estas heridas, pero al final, como se está viendo, siguen latentes y dejando a los socialistas con pocas opciones de jugar partidas serias en el tablero político provincial.

Esta nueva situación, además, complica el reparto de puestos que desde la Ejecutiva provincial se venía apuntando desde la convocatoria electoral, con algunos nombres que levantan la mano y consideran meritorio su resultado para ocupar puestos de responsabilidad durante los próximos años.