"Esto no va de colocar a un jugador y cobrar la comisión"

Alberto Sánchez
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Después de 20 años como jugador profesional, Juanjo Bernabé desarrolla su labor como agente FIBA. Confianza, respeto o capacidad de conflicto son algunos de los valores que pone de relieve en su profesión

Juanjo Bernabé - Foto: David Castro

Natural de Alicante, abulense de adopción.Aquí se siente uno más porque lo es.  Aquí tiene su familia, desde aquí desarrolla su trabajo o se inhibe en el tiempo como buen pescador. «O te gusta o no te gusta. La pesca es paciencia, como yo.Mi vida ha sido paciencia».Porque cada una de las cosas que le pasaron, cada capítulo de su vida, tuvieron un proceso. Ex jugador de baloncesto durante 20 años, Juanjo Bernabé –47 años– dedica ahora su tiempo y su labor –desde 2013– a la representación de jugadores y entrenadores de baloncesto, un deporte del que echa de menos la cancha.  «Gran parte de lo que me ha dado la vida ha sido gracias al baloncesto». Fue de los que comenzó tarde –si con 13 años se puede considerar así– en el deporte de la canasta. Y fue una vía de escape. Nació en Alicante, en un barrio humilde que se estaba volviendo «peligroso». Fue entonces cuando sus padres «decidieron invertir en seguridad».Invirtieron en deporte.Al lado de casa tenía un club, el Club Atlético Montemar.Había hockey, patinaje, gimnasia rítmica, karate y baloncesto. «Por descarte me metí en basket». Le picó el gusanillo. «Yo era de fútbol», pero el baloncesto le encandiló. «Invertí muchas horas, tuve buenos entrenadores de base y jugué allí los años de cadete y juvenil». Y aquel verano de 1991 llegó una persona clave en su desarrollo, un entrenador de Montenegro. «Entró en el club y cambió mi vida por completo». Le puso en la senda para convertirse en el jugador que sería después.

Probó con el Real Madrid, el Juver de Murcia... «No me cogieron». Lo hizo el Vino de Toro de Zamora, entonces en la Primera B. «Era mi primer año fuera de casa, con 17 años, en una liga dura.Y aunque en lo deportivo acabamos descendiendo, en lo personal me fue muy bien». Una epoca de aprendizaje en lo deportivo y en lo personal.

No fue sencillo. «El salario era muy bajo y yo no quería pedir dinero a mis padres» recuerda. Se lo hubieran dado, lo tiene muy claro, pero no quería hacerlo, como tampoco quería tener que volver. «Hubiera sido un fracaso personal.En Alicante había dejado a mi familia por una ilusión y si volvía que fuera porque no valía, pero no porque no supiera o no pudiera adaptarme a lo que me pedía la vida». Acabó fregando platos allí donde comía y cenaba. «Fue una experiencia personal muy enriquecedora».

Al año siguiente fichó por Cáceres, entonces en ACB, vinculado a Plasencia, su verdadero destino. Era el primer año de la Liga EBA, entonces la segunda categoría del baloncesto español. No tardó en llamar la atención del primero equipo. Debutó conCáceres en la Copa Korac. En total cinco años en el equipo extremeño, «la época dorada del club».Porque fueron los años de la Copa del Rey o el subcampeonato de la Copa Korac. Era un equipo «de un enorme nivel. A diferencia de hoy en día, en el que España es el puente de los 'rookies' para ir a otras ligas, en aquel momento la ACBera el destino final» recuerda Juanjo Bernabé, que jugaría con la Selección Española de Baloncesto el Mundial Sub'22 en Australia en un equipo entrenado por Gustavo Aranzana y jugadores como Garbajosa,Rodrigo de la Fuente, Berni Hernández... Repetiría con el combinado nacional en la Olimpiada Universitaria, en Mallorca, colgándose el bronce.  

Llegaría después el ClubBaloncesto Ourense. Compartiría la dirección del equipo con Galilea. «Siempre digo que he tenido la suerte de compartir el puesto de base con jugadores Top». David Brabender, Pablo Laso, Pepe Arcega, PabloMartínez,Galilea... Su carrera es un ejemplo de saber conocer sus debilidades y aprovechar las fortalezas.Como en la vida, hay que saber adaptarse. Como un día le dijeron, hay que aprender a ser yunque para acabar siendo martillo. Con los años, todo cobra significado.

Cinco años en Cáceres, seis en Ourense y ocho en Baloncesto León, su tercer 'gran' club en su vida, su último proyecto deportivo. «Mantenerte mucho tiempo en un club va de la mano de sus valores, sus ideas, su gestión... El jugador que lleva muchos años en un club se transforma  en un gestor de la filosofía del club».En 20 años de carrera Juanjo fue básicamente un jugador de 3 clubes. «Yo he formado parte de esos proyectos en los buenos y en los malos momentos. Sin ser un jugador 'top', mi carrera me ha permitido tener un peso en esos clubes».

En 2013 se afinca definitivamente en Ávila. Era momento de empezar a replantear su vida. Entrenaba con el Óbila pero a sus 37 años llegaba el momento de poner el punto final a su carrera, pero no de alejarse del baloncesto. Se abrió otra puerta, la de la representación de jugadores, un mundo «desconocido en muchos aspectos», duro en otros, pero que le apasiona. Lo disfruta y lo sufre a partes iguales.

Comenzó con 'You First Sports'. Fueron cinco años. Después 'Romaior Sports', con la que trabaja actualmente. «Sigo en el baloncesto de una manera diferente.Unos dicen que es el lado oscuro del baloncesto pero me encanta, puedo seguir en contacto con la gente del baloncesto de toda la vida y además tienes bajo tu responsabilidad ayudar a jugadores».Porque, pese a lo que muchos puedan creer, esto no va de colocar a un jugador en un club y que pase el siguiente. «Yo no lo veo así» poner en valor respecto a su labor. «Este trabajo pasa por reclutar, colocar, mantener, seguir el mercado y cobrar la comisión. Son las cinco patas de mi trabajo». Todo va unido.

 Se acerca el verano.Para la mayoría de la gente será un momento de relax.Para Juanjo Bernabé es todo lo contrario. «En este trabajo no hay vacaciones como tal. El teléfono y el ordenador van contigo siempre». En las próximas semanas, más que nunca. Porque ahora las plantillas toman forma. «Ahora es momento de estar en casa, con el teléfono, haciendo y recibiendo llamadas». Y al otro lado del teléfono, le conocen y le respetan. «Los clubes saben quién es Juanjo Bernabé, saben cómo trabajo». Se lo ha ganado. «Ha llegado un punto en el que, cuando ofrezco un jugador a un club saben que, al menos, el jugador les va a valer.Los clubes saben que cuando les llama Juanjo Bernabé el jugador es válido deportivamente hablando.Otra cosa es que el jugador acabe encajando mejor o peor, que les guste más o menos, pero no les meto un gol».Porque esto no va únicamente de estar en casa, de colocar un jugador y «cobrar la comisión». No al menos es la forma en que quiere hacerlo Juanjo. Lleva una década desarrollando esta labor y lo tiene muy claro. «Cuando empecé no conocía este mundo, pero me fui dando cuenta de lo que significaba ser agente.Es mucho más que llevar a uno u otro jugador. Tienes que tener claro lo que quieres y no quieres». Es un trabajo «de confianza con los clubes, jugadores, entrenadores... con las familias» y que empieza desde el mismo momento en el que se charla por primera vez, porque «el hecho de que alguien se quiera sentar contigo ya significa algo».

Reconoce que la imagen de los agentes ha ido mejorando estos años. «Siempre se dice eso de que ahí viene el agente, pero creo que con la línea de agentes jóvenes que están saliendo, con la formación, se está convirtiendo en un trabajo más honesto. Se respeta más al agente». Recuerda Juanjo que «cuando jugaba decíamos que si no hubiera jugadores no habría agentes pero sí habría jugadores sin haber agentes. Es cierto. El agente depende del jugador. Su éxito será el mío. Nuestra obligación es que estén contentos». Y en ocasiones para conseguirlo hay que entrar en conflicto. «La capacidad de conflicto que tengas, la capacidad para resolver los problemas que puedan tus jugadores, es importante, porque cuando la cosa va bien, todo es fácil, pero cuando tu jugador se lesiona, cuando hay impagos, cuando el mercado no va bien...» Esos momentos son los que ponen en valor la capacidad del agente.   

Por sus manos pasan jugadores de todas las edades. En los más jóvenes hay mucho que analizar. «Además del talento, que puede ser físico o técnico, me gusta ver cómo se relaciona en el banquillo con sus compañeros, cómo gestiona los cambios, cómo dominan la frustración, la relación con sus padres o amigos.El talento es importante pero para ser profesional hay otras cosas». Valores más allá del rendimiento. «Ser cercano, trabajador... O tener los pies en el suelo».  

Echa de menos la cancha. «Cuando algún jugador de los que llevo me  habla de retirarse pronto, le digo que se lo piense».Echa de menos «los viajes, el vestuario, la competición... Soy un tío que necesita competir.He competido toda mi vida. Ahora compito porque los jugadores a los que represento tengan las mejores condiciones posibles. Al final todo es competir para ser mejor que los demás, para ofrecer algo que los demás no ofrecen, para llegar a cosas que otros no llegan.El baloncesto me ha dado eso».

¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza sobre Ávila?

Mi familia, los que tengo en casa y mis cuñados y cuñadas con sus familias.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

La calidad de vida que nos proporciona, seguridad y no es necesario usar mucho el coche.

¿Y lo que menos?

Las comunicaciones y cuando se tienen niños la falta de recursos médicos para ellos en situaciones médicas  graves.

Un lugar para perderse.

El pantano de las Cogotas.

 

Un recuerdo de su infancia.

Soy de Alicante... Las Hogueras de San Juan.

 

Un personaje abulense que le haya marcado.

Sin duda José Alfredo Ferrer Gutiérrez.

El mayor cambio que necesita Ávila es...

¿Cambio? Yo no tocaría nada salvo una mejor comunicación en tren a Madrid y alguna instalación deportiva más.

Y Ávila tiene que mantener...

Su esencia de ciudad.

¿Qué le parece la Ávila hoy?

Llevo desde 1997 aquí, yendo y viniendo.Desde 2012 viviendo... Es mi residencia y la ciudad que me acogió. A mí me encanta Ávila.

¿Cómo ve Ávila en el futuro?

Espero que sea una ciudad que crezca a nivel económico y en puestos de trabajo que haga que los jóvenes no tengan que buscar trabajo fuera.

¿Qué puede aportar a Ávila y su provincia?

Ser uno más de los que  valora las cosas buenas que tiene y hable y presuma de ella cuando me toca estar fuera.