Sonsoles Sánchez-Reyes

A otra luz

Sonsoles Sánchez-Reyes


El primer teléfono

04/04/2024

En los albores del siglo XX, el empresario Santiago Magdaleno era vocal de la sección de Industria en la junta directiva de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Ávila, y vivía en la plaza de la Catedral, en una casa hoy desaparecida, construida en 1900 según planos del arquitecto municipal Emilio González Álvarez. Santiago Magdaleno fue quien trajo el primer teléfono a nuestra ciudad.
En 1891, el proyecto del Gobierno central de extender las líneas telefónicas por el país dio poco resultado, y hubo que esperar 13 años para que el teléfono llegase a Ávila. El Pleno del Ayuntamiento abulense del 26 de agosto de 1903, siendo alcalde Carmelo Delgado, concedió licencia a Magdaleno para instalar red telefónica en la Venta de San Isidro, el segundo bar más antiguo de Ávila, ubicando postes en la carretera para la conexión con la Compañía Madrileña de Teléfonos. 
Poco después, el 7 de octubre, el Consistorio autorizaba a Magdaleno, como concesionario, a prolongar la red desde la Venta de San Isidro hasta otra entonces llamada La Patata. Desde el 1 de enero de 1904 Ávila quedó comunicada telefónicamente con Madrid, Valladolid y Segovia. Ese año, las más importantes instituciones públicas y privadas abulenses y algunos domicilios contrataron teléfono.
Santiago Magdaleno promovía el establecimiento del servicio telefónico en Ávila afirmando su menor coste frente al telégrafo. Tras el informe favorable de la Policía Urbana, se le permitió colocar postes en las vías de la ciudad para conectar y ampliar la red, cuidando la estética y sin interceptar el tráfico rodado, y se inauguró un locutorio en la calle San Segundo, que en 1913 sufrió un gran incendio junto con otros inmuebles colindantes. La central telefónica estaba atendida manualmente por operadora. En 1954 la Compañía Telefónica Nacional de España construyó la nueva central en el solar del Palacio del Rey Niño, cedido por el Ayuntamiento, con servicio automático. 
Tres años después, en 1957, comenzaría la atención al público en la Venta de San Isidro la familia Redondo, cuya tercera generación la regenta en la actualidad.