«Mi idea es estar al menos 1 ó 2 años y quizá después volver»

B.M
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Eduardo Alameda Rodríguez, cuenta su experiencia en Pekín como uno de los abulenses por el mundo

«Mi idea es estar al menos 1 ó 2 años y quizá después volver»

Pekín (China) fue el destino de Eduardo Alameda Rodríguez, de 33 años y entrenador (UEFA A). Fue en junio del pasado año cuando decidió cambiar su vida y dejar atrás Ávila, donde anteriormente había trabajado en el mundo de la automoción, en chapa y pintura en el taller Rubicar y como mecánico de vehículos en el taller FJ San Segundo.

El cambio de destino se debió a dos temas que tomaron un mismo camino, el personal y el profesional. «Primero de todo, mi mujer tenía trabajo aquí en Pekín y me fui a encontrar un trabajo acorde con mi hobby como es el fútbol», explica. 

Esto también ayudó a que su adaptación no fuera tan difícil como podía ser en otros casos ya que, como él mismo explica, no le costó mucho dado que su mujer «llevaba un tiempo viviendo aquí. No me sentí solo y me ayudó a buscar una ocupación».

Probablemente esta tranquilidad le aportó más tiempo y espacio para descubrir la cultura asiática que le pareció «interesante» y que además llegaba acompañada de la posibilidad de «encontrar un trabajo con buenas posibilidades laborales». Y todo ello, además, llega para ellos dentro de una «vida normal» pero donde disfrutan de la ventaja «de tener tiempo libre, ya sea para invertirlo en aficiones o estudios». También para «viajar y conocer nuevos lugares, sobre todo gastronomía china».

De estar fuera de Ávila le agrada la posibilidad de conocer nueva gente y nuevos lugares. También poder vivir nuevas experiencias. Pero tiene su parte negativa, que en su caso es estar «bastante lejos de mi ciudad natal». Y esto le lleva a echar de menos a su familia y amigos y, de una manera algo menos sentimental, «la buena gastronomía que tenemos, como el embutido, una buena paella, revolconas, un buen chuletón...»

Su vida ahora es muy tranquila, no tiene que madrugar y puede salir a hacer ejercicio por la mañana. Después llega a comer y es el momento de prepararse para ir a trabajar los días que le corresponde. Y, cuando no, tiene la posibilidad de practicar fútbol o salir a conocer lugares o restaurantes.

Esta se ha convertido en este momento en su forma de vida aunque, como es lógico, también se piensa en el futuro, por todo lo que ha descubierto en este nuevo país pero también por lo que añora de su tierra. Por el momento su idea es «estar al menos uno o dos años más y quizá después volver, pero nunca se sabe como puede avanzar la vida», explica. Pero, al menos por el momento, su vida actual está lejos de Ávila, con cierta añoranza pero todavía pudiendo disfrutar del mundo del fútbol y descubrir nuevos lugares junto a su mujer.

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