Represión «brutal» al mundo de la docencia

D. Casillas
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Rafael Sánchez presentó ayer el libro 'Porque fueron, somos', una memoria sobre el asesinato de 38 maestros durante la guerra civil

Represión «brutal» al mundo de la docencia - Foto: David González

Rafael Sánchez, profesor y escritor abulense, presentó este jueves al público el libro Porque fueron, somos (publicado por la editorial abulense Dr. Buk), un trabajo de investigación en el que rescata del olvido la represión brutal que sufrieron maestros, profesores e inspectores de educación en Ávila tras el golpe militar de 1936 (asesinatos y sanciones), aportando muchos datos desconocidos u ocultados que salen a la luz después de muchos años de labor de estudio y de entrevistas con familiares de esos represaliados.

Cuando empezó con ese trabajo hace ya varios años, explicó, «mi objetivo era conocer qué había pasado con los maestros en Ávila a raíz del golpe militar», pero la gran cantidad de información que fue recabando, en muchos casos a través de familiares de los represaliados, «hizo que lo que empezó siendo curiosidad se convirtiese en espíritu investigador, empecé a conocer muchas historias personales muy duras y sentí que tenía el deber de escribir algo, para compartirlo, sobre todo eso que estaba conociendo y también con lo que había empezado a descubrir en algún archivo». A los pocos meses «me pidieron algo para un libro que se estaba haciendo sobre la represión a los maestros en Castilla León, porque les faltaba la referente a la provincia de Ávila, y para ello salió un primer acercamiento a aquella brutal realidad».

Tras escribir aquel artículo, de finales de 2010, Rafael Sánchez decidió seguir investigando para conseguir más información, y «recogiendo información sobre los maestros descubrí también datos sobre los profesores y los inspectores», creciente afluencia de referencias que fue la que finalmente derivó en el libro que ayer presentaba.

No se queda este trabajo en lo que ocurrió tras el golpe de estado del 18 de julio, sino que para mejor ayudar a entender aquella brutal represión empieza Rafael Sánchez explicando que "la educación fue para la II República algo muy importante", un tiempo en el que "en toda España, y también en Ávila, se llevaron a cabo iniciativas muy interesantes, por ejemplo la edición de un boletín informativo semanal de ocho páginas que se publicó desde el año 1932 hasta julio de 1936, al cual estaban suscritos tres cuartas partes de los maestros de la provincia, de todos los espectros políticos no solamente del republicanismo".

Aquellos miembros de la comunidad educativa abulense, muchos de los cuales venía de otras provincias a ejercer su labor en nuestra provincia, especialmente de Madrid, "desarrollaron una gran labor formativa y también por el bien de la sociedad abulense", pero en algunos casos esa labor abierta y generosa, "que se dejó notar más en los pueblos que en la capital", se encontró con "una campaña contra esos funcionarios, a los que interesadamente se acusó de que venían de fuera a romper la paz local".

Ese acoso, más o menos sutil, se convirtió en agresión abierta con la declaración de la guerra civil, y producto de aquel delirio fue que "en la provincia de Ávila fueron asesinados 38 docentes, de los cuales 30 eran maestros (tres mujeres), 3 profesores de Normal o de instituto y 2 inspectores de educación". De ese grupo de asesinados, siguió explicando Rafael Sánchez, "32 murieron a manos de las fuerzas golpistas y seis, en el sur de la provincia, fueron asesinados por milicianos anarquistas". En algunos de estos casos el crimen fue porque aunque el maestro asesinado era de izquierdas defendió ante esos milicianos a familiares que eran de derechas, y su muerte fue una especie de venganza cobarde. Todo ello se hizo con una brutalidad absoluta, y en algún caso, como en El Tiemblo, mataron a padres y a hijos.

Yo he querido hacer un libro que no fuera dirigido solamente a investigadores o personas que estén muy motivadas por la memoria histórica, sino he querido hacer también un libro de alguna manera de divulgación sencillo de entender, con un lenguaje claro, directo, y que además recogiera estos testimonios directos de las familias y hacer un perfil biográfico.

Además de esos 38 asesinados, a otros muchos docentes, alrededor de un tercio del total, se les castigó su ideología de izquierdas con sanciones, con la expulsión, con inhabilitación temporal de 2 a 5 años o con el traslado forzoso fuera o dentro de la provincia, con un ensañamiento tal que "de toda España solamente en Gerona hubo un porcentaje mayor de represión sancionadora a las maestras y maestros que en Ávila".