Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


La boda

11/07/2023

Entre mitin y mitin, la boda. Entre promesa y promesa, la boda. Entre pacto y pacto, la boda. Entre encuesta y encuesta, la boda. Estos días no dejo de preguntarme qué tipo de sociedad es esta que considera el enlace de dos aristócratas con sabor rancio como noticia de primera necesidad. Y todavía no encuentro respuesta. Y menos cuando veo que no hay medio de comunicación (los frívolos, los serios, los ideologizados, los neutros) que no se haya hecho eco del ya matrimonio Onieva-Falcó, o mejor dicho Falcó-Onieva, porque el principal interés viene por ella y no por él; y si me apuran, por la madre de doña Tamara, la incombustible Isabel Preysler. Y por cualquiera de esos medios sabemos que una de las revistas del corazón, la favorita de la señora Falcó y de doña Isabel, ha pagado más de medio millón de euros por la exclusiva de la boda, la luna de miel en el Índico y todos los detalles que ustedes puedan imaginar. Y eso, dicen los expertos, que ahora el famoseo cotiza algo a la baja. En algún diario leo: "La boda más esperada". Más esperada ¿por quién? Y sí, la han debido esperar muchas personas porque la revista en cuestión ha lanzado una edición especial, que piensa agotar en horas, solo dedicada al gran acontecimiento. En otro periódico escriben: "Un "sí quiero" blindado. Y algo, o mucho, de tal cosa hay, ya que doña Tamara y don Íñigo no han dado puntada sin hilo, especialmente la marquesa de Griñón que llevó patrocinados a la ceremonia y demás los pendientes, otras joyas, el esmalte de las uñas, el champán, los dos vestidos que exhibió y un largo etcétera. Hasta le hicieron firmar un contrato de confidencialidad al cocinero que se encargó de matar el hambre a los 400 invitados. Y no uno cualquiera, sino Eneko Atxa con todo un firmamento de estrellas Michelín. Es decir que usted, pobre mortal, se gasta un pastón en la boda de su hijo y los ricos, en cambio, hacen negocio. Una sociedad igualitaria, justa, admirable. Y esa sociedad, o gran parte de ella, es la que se ha lanzado como loca a devorar todo lo relativo a la boda de la marquesa. ¿Qué importa el 23-J si Tamara e Íñigo son, por fin, felices?