Lo que manda en la conducción son las señales de tráfico y no los navegadores de los vehículos porque, como se ve en esta imagen, se puede dar lugar a confusión, sobre todo si hubo un cambio de sentido de una calle recientemente y el navegador no está actualizado. Aunque así podemos entender algunos casos descabellados que han llevado coches a lugares sin sentido o se han hecho viajes incomprensibles.