¿Así queréis jugar un playoff?

Alberto Sánchez
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1
Real Ávila
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Becerril
Finalizado
El Real Ávila ofrece una imagen decepcionante e impropia de un equipo que quiere jugar los playoffs. El Becerril sumó un punto merecido. 'Chino' Zapatera asume la responsabilidad pero avisa, «los que tienen que correr son los jugadores»

¿Así queréis jugar un playoff? - Foto: David González

Era una tarde para ganar, para sumar los tres puntos, para despejar dudas y aclarar sensaciones... Era una tarde para vencer y convencer, pero lo que ocurrió fue todo lo contrario. El Real Ávila ofreció una imagen decepcionante e impropia de lo que exige el club y demanda la situación, una pelea por los playoffs de ascenso que acabará llegando por inercia –pese a que parecen empeñados en liarla– pero que no parece motivar lo suficiente a los jugadores, demasiado apáticos ante lo que hay en juego. Si este jueves ganaban los encarnados y el fin de semana no lo hacían Almazán o Tordesillas, el Real Ávila hubiera sido, matemáticamente, equipo de playoff. Pero ni por esas. Confiaba José 'Chino' Zapatera en los suyos. «Hay que salir con el cuchillo entre los dientes. Esto se acaba y no nos podemos dormir» decía en la previa del partido. Pero le 'traicionaron'. Con el cuchillo salieron, pero la efusividad, las ganas y la ambición apenas les duró 20 minutos. A partir de ahí se acabó. Y aunque el gol de David Sanz hizo creer a todos que sería una tarde para reclamar por derecho los playoffs,  lo cierto es que fue el salvavidas para maquillar un mal empate que pudo ser peor si David Martín –minuto 80– no hubiera estrellado en el cuerpo de Paisa una gran ocasión. Asumió la culpa José 'Chino' Zapatera. «Soy el máximo responsable» dijo tras el encuentro, pero no sería justo cargar las tintas contra el que apenas lleva un par de semanas en un vestuario que no ha respondido al compromiso que exige la situación y el club.

Cuesta entender el final del partido en una tarde en la que el Real Ávila saltó a 'cuchillo'. Porque los encarnados salieron enrabietados al campo desde el primer minuto, conscientes de lo que se habían dejado por el camino jornadas atrás y comprometidos con lo que podían ganar en la presente. Cualquier cuenta posible empieza por ganar al Becerril, que se veía superado en los primeros minutos.Le faltaban manos a Sevillano, que se tuvo que multiplicar en los primeros minutos para sostener a los suyos. Lideraban entonces las hostilidades Alberto Martín y Babu, hiperactivos en un buen inicio de partido –minuto 5– en el que Peñalvo acarició el gol. Funcionó la pizarra. Falta cerca del córner y saque en corto de David Sanz hacia el vértice del área, donde apareció el lateral para reventarla. El balón, sónico, fue tomando altura hasta estrellarse con violencia contra la escuadra, que se tambaleó. Achicaba aguas el equipo de Francisco Olea,  que se tambaleaba con cada arrancada de Babu, que alcanzaba una y otra vez la línea de fondo haciendo la vida imposible a Caminero.

Dominaba el Real Ávila, pero incluso en el monólogo encarnado tuvo la suya el Becerril. Recuperó el equipo palentino –minuto 16– en su campo y se lanzó a la contra.En la triangulación se entendieron Veintimilla y César Gutiérrez y se quedó en tierra de nadie Carlos Pascual. Veintimilla le ofreció el pase al hueco a César y el '20' le ganó en carrera al central para plantarse en el área. Dudó Paisa en salir o quedarse bajo palos, allí donde se queda 'siempre'.Y la duda benefició a César, que ante la media salida del portero la empujó con suavidad. Se metía ya el balón en portería pero llegó sobre la bocina Diego Rubio, que la sacó bajo palos.

La ocasión fue clave. Convenció al Becerril de que podía hacer más de lo que estaba haciendo. Yla volvieron a tener. Esta vez se complicó David Sanz en la salida de la jugada. Se quiso dar la vuelta –minuto 26– en la frontal del área, allí donde los errores no están permitidos, y se la robó Simal, que dentro el área y sin oposición cruzó en exceso el disparo.

Había tomado el partido un cariz extraño con el paso de los minutos. El Real Ávila empezaba a perder el control ante un Becerril que creía que era posible. Y en el intento de convencimiento llegó el gol de los encarnados. Se encontraron los buenos. Buena asistencia de David Sanz a Ivi para que el '9' buscara el mano a mano con el central dentro del área. No pudo con Diego, pero mantuvo el cuero en sus pies y se acordó de quién le había regalado la oportunidad. Levantó la cabeza y vio a David Sanz llegando desde segunda línea por el centro. Pase al corazón del área y toque con el interior para firmar el 1-0. Con el gol –minuto 33– murió el partido, que llegó al descanso ya en decaída.

Arrancaba la segunda parte un Real Ávila que lideraba el marcador pero que ya hacía tiempo no era el mismo. La buena imagen de los primeros minutos era ya un recuerdo. «Espabilar» se le oyó gritar desde la banda a José 'Chino' Zapatera después de una gran ocasión de César que anuló el asistente por fuera de juego. No valió, pero el aviso ya estaba sobre la mesa. Y no era el primero. No reaccionaba el equipo encarnado. Apenas Babu parecía dispuesto a intentar algo.El resto, escondidos.Nadie se ofrecía, nadie quería el balón. En la grada, incredulidad ante lo que se veía. En una tarde para convencer, los encarnados estaban muy lejos de ganar adeptos a la causa. Habían salido dormidos en la segunda mitad y les penalizó el Becerril, que encontró un empate justo y merecido ante la indolencia de los locales. Centro desde la banda de Caminero al segundo palo, donde Blanco, sin oposición, llegó dispuesto a rematar con todo. El '21' la pegó con fuerza para colar el esférico pegado al larguero y firmar el 1-1. Demasiadas facilidades.  

Necesitaba reaccionar el equipo de José 'Chino' Zapatera, pero no encontraba ni el cómo ni el con quién. Porque nadie parecía dispuesto a remangarse en una tarde en la que el 'barro' ya les llegaba al cuello. El empate era ya de por sí un desastre y pudo ser aún peor cuando David Martín –minuto 80– le ganó la posición a Diego Rubio en la pelea cuerpo a cuerpo para plantarse cara a cara ante Paisa, que salvó al equipo. Se hizo grande para tapar el disparo. Lo cierto es que por méritos y ocasiones el Becerril ya había hecho las suficientes para ir ganando. Ni los cambios en el Real Ávila –quitó a Alberto Martín, Diego Rubio o Tena y metió a De Mesa, Toper y Guilherme– funcionaron en un partido que llegó al descuento sin ánimo y se acabó en silencio. Porque más allá del resultado, que preocupa, preocupan las sensaciones. Y no son las propias de un equipo que quiere jugar los playoffs.