Cuando la ingeniería se alía con la lactancia

M.M.G.
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Jorge González, ingeniero de diseño con raíces abulenses, ha sido premiado por crear un sacaleches menos agresivo para las madres y respetuoso con el medio ambiente

Cuando la ingeniería se alía con la lactancia

Tiene sólo 23 años. Sus raíces se hunden en San Pedro del Arroyo. Es ingeniero de diseño industrial. Y ya puede presumir de poner añadir a su curriculum que cuenta con un importante premio internacional.

Les hablamos de Jorge González Herrero y del primer premio obtenido en el Concurso Internacional de Diseño y Sostenibilidad Circula-Thon celebrado recientemente en Arabia Saudí y organizado por Sabic, empresa perteneciente a la petrolera Aramco .

En este concurso, Jorge y su equipo ?(Elena González, Maitena Pemán, Carlos Casal y Javier Martínez), ingenieros de diseño industrial e ingenieros biomédicos, cogieron el guante lanzado desde el Hospital Clinic de Barcelona cuando los cinco cursaban el  Master de Producto de Diseño Elisava, en la Ciudad Condal.

«Ellos nos propusieron el problema que hay con los extractores de leche materna en los hospitales, que son agresivos», comienza a explicarnos Jorge, que pese a su juventud y a no haberse estrenado aún en el tema de la paternidad sabe muy bien cómo funcionan estos aparatos.

«Nosotros buscábamos mejorar la experiencia de la usuaria», habla ahora de cómo desarrollaron su proyecto. Y nos cuenta cómo, en la actualidad, los sacaleches maternos se basan únicamente en el mecanismo de succión. «Se cree que cuanta más succión, mejor. Pero nosotros no lo vemos así», comenta Jorge, que junto a sus compañeros ha desarrollado un sacaleches al que bautizaron Amaia y que a la succión suma otro concepto: la presión.

«Al mamar, el bebé presiona con la lengua y el paladar», describe el proceso de la lactancia materna que tratan de imitar los sacaleches, unos dispositivos que, por distintas razones, las mujeres tienen que utilizar en ocasiones los meses posteriores al nacimiento del bebé.

«El nuestro sería un sistema híbrido», prosigue explicando Jorge, que recalca también otro de los aspectos más importantes de su proyecto y uno por los que sin duda fue premiado: el empleo de un material que no sólo es más agradable al tacto sino que es, también, más ecológico.

«Actualmente, las copas de los sacaleches están fabricadas con polipropileno, un tipo de plástico muy rígido, que en ocasiones puede ser doloroso al adaptarlo al pecho», apunta este ingeniero con orígenes abulenses.

menos agresivo. De ahí que optaran por un tipo de material menos agresivo que permite ser reutilizado después de ser esterilizado con vapor.

Ahora, Jorge y sus compañeros tienen el 'colchón' del premio ganado en Arabia (5.000 euros por haber sido finalistas y otros 10.000 por haber resultado unos de los ganadores) para poder seguir desarrollando el proyecto. Pero buscan consultoras de diseño que quieran ayudarles a desarrollarlo e invertir en el proyecto. «Esperamos que en no mucho tiempo pueda estar en el mercado, tanto para uso doméstico como hospitalario», confía Jorge.

A él y a su equipo les deseamos toda la suerte del mundo.