José Guillermo Buenadicha Sánchez

De la rabia y de la idea

José Guillermo Buenadicha Sánchez


Muy especial

24/05/2024

El castellano es idioma rico en palabras y rico también en polisemias. Las palabras no siempre significan lo mismo, algunas veces tienen significados e intenciones opuestas. Eso que se llama enantiosemia, me ha dado por buscarlo; un ejemplo clásico es la palabra «alquilar» que se entiende tanto por rentar como por arrendar. Con frecuencia, el origen de uno de los significados opuestos nace de la ironía, se usa un término con una acepción distinta –antífrasis, la verdad es que hay términos para todo– de forma que así se enmascara o se suaviza la intención original de crítica o mordacidad.
Una de esas palabras con varias connotaciones es «especial». Decir de alguien que es especial puede denotar que es una persona excelente, con capacidades superiores a la media o único en la más positiva acepción, pero también hay veces que resalta alguna peculiaridad que la aleja del común, implicando minusvalía, escasa idoneidad o aportando un contenido a veces rayano en lo ofensivo. La cantidad de especialidad –junto al contexto, el tono de voz y el lenguaje no verbal– juega un importante papel a la hora de entendernos: «Fulanito es muy especial» no es lo mismo que «Fulanito es un poco especial».
Lo especial es diametralmente opuesto a lo normal, a la media. Que es allí donde nos gusta vivir; lo distinto nos asusta o nos empequeñece, según cómo sea de especial. Por ello, tendemos a huir de los extremos y buscamos alcanzar una cómoda mediocridad incluso en los temas en los que debiéramos de ser osados, atrevidos y radicales.
Si no lo han hecho ya, estimados tres lectores, tienen hasta el 15 de junio para visitar, en el Palacio de los Serrano, la exposición «Mi niño interior», del Centro de Educación Especial Príncipe Don Juan. Una muestra en la que personas muy especiales nos enseñan cómo dejar de ser normales en la sonrisa, los sentimientos, en el amor, en la humanidad; a buscar algo diferente, único, fuera de la rutina: al niño que todos llevamos dentro y que es el que nos ayudará a recordar las cosas que realmente hacen que la vida sea especial. Háganme caso, no se arrepentirán.