Si bien formó parte del grupo inicial de municipios que en el año 2010 apostó por regular de forma conjunta el aprovechamiento micológico en la provincia de Ávila, siendo de hecho el primero en hacerlo de la cara sur de Gredos, el Ayuntamiento de Casillas no forma parte este año de la iniciativa que promueve la Diputación Provincial de Ávila, aunque sí seguirá apostando por la regulación. De hecho el Pleno del Ayuntamiento de este municipio aprobó a finales de septiembre su propia ordenanza fiscal reguladora del aprovechamiento micológico que, al igual que ocurre con los pueblos incluidos en la regulación provincial, contempla que la recolección de setas y hongos se realice con permisos, por los que se tendrá que abonar un importe, así como también pone límites a la recolección.
Con esta ordenanza, explica la alcaldesa de Casillas, Beatriz Díaz, se persigue que lo recaudado con los permisos de recolección se destine a financiar un servicio de guardería que, a diferencia del que actúa en los municipios acogidos a la regulación micológica provincial, no sólo vele por que la recolección de setas se realice respecto a la normativa municipal sino que también «permita llevar a cabo una vigilancia de los castaños existentes en este municipio». Y es que, prosigue Díaz y así lo han denunciado también desde hace tiempo desde la cooperativa local, «entre 10.000 y 15.000 kilos de castañas» pertenecientes a productores particulares terminan cada campaña en manos de furtivos que acceden a las fincas privadas.
Así las cosas, desde el Ayuntamiento de Casillas entienden que la persona encargada de vigilar que la recolección micológica se realice conforme a lo recogido en la ordenanza municipal también podrá realizar labores de vigilancia de las fincas privadas que frenen a aquellos que pretendan acceder a las mismas para robar castañas, a la vez que informar de «que las castañas tienen dueño».