Un carnaval sin chocolate ni churros

M.M.G.
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Los mayores echaron de menos la tradicional merienda en el Carnaval de la Sabiduría

Poco a poco se fue llenando la pista gracias a la música y a las coreografías ensayadas durante el año. - Foto: David Castro

Pero cómo? ¿No hay churros?». La frase era de Manuel. Pero podría haber salido de las bocas de cualquiera de los mayores que este martes asistieron alCarnaval de la Sabiduría cuando descubrían que los recortes municipales también habían llegado a uno de los clásicos entre los clásicos: la castiza merienda que suele alegran este tipo de citas.

Sorprendidos, desilusionados y algo enfadados se quedaban muchos de los que, desde las cinco y media de la tarde, fueron accediendo al pabellón municipal de San Antonio, lugar escogido un año más para que los más veteranos celebraran al compás de la música la fiesta más alocada del año.

Pero la falta del chocolate (y de sus inseparables churros) se convirtió en el inesperado tema de conversación de los corrillos que, nada más comenzar la fiesta, se fueron formando en la pista en la que sonó durante toda la tarde la música de la disco móvil Glitter.

«Vamos a regañar al alcalde», decía muy en serio a Diario de Ávila una mujer que prefería no darnos su nombre. «Sí, porque con el frío, apetece venir aquí a tomar algo calentito», apuntaba un caballero de los fijos todos los años en estos encuentros organizados por el Ayuntamiento y algo molesto porque los recortes hayan llegado también al carnaval de los mayores.

«La situación del Ayuntamiento es la que es», se lamentaba por su parte Paloma del Nogal, teniente de alcalde responsable del área de Servicios Sociales, que recordaba que fue Por Ávila la agrupación que sumó esta chocolatada para los mayores a las que ya existían (la de las Fiestas de Verano y la de las Fiestas de La Santa) y que ahora se han visto obligados a eliminar para no incurrir en nuevos gastos.

Del Nogal cifraba este martes para Diario de Ávila en unos 3.000 euros el coste que hubiera supuesto invitar a chocolate con churros. Una cantidad que, dadas las circunstancias, decía, el Consistorio prefiere destinar a otras actividades del Programa de Mayores.

«A la que más pena le da esto es a mí», decía con tristeza la teniente de alcalde, que quería «apelar a la responsabilidad política de otros grupos, para que no se recorte en el área social».