Abel Veiga

Fragua histórica

Abel Veiga


Arranca una incierta legislatura

19/08/2023

Si una palabra envuelve hoy la atmósfera política y partidista de España esa es, incertidumbre. Una incertidumbre que en la mañana del 17 de agosto empieza a diluirse mínimamente al salir elegida Francina Armengol en primera votación con el voto de la izquierda y los nacionalistas como presidenta del Congreso de los Diputados, lo que significa, además, ser la tercera autoridad del Estado. 
Las incógnitas están presentes. Y el vértigo y la sensación de vértigo va a recorrer una legislatura que no se antoja, a priori, larga. Todo se andará. El voltaje político es de altísima tensión. Por vez primera en nuestra democracia dos candidatos aspiran simultáneamente a la investidura. Los dos tienen legitimación para hacerlo. Pero con el resultado de la votación de la presidencia del Congreso y de los miembros de la mesa del Congreso, empiezan a disiparse algunas de esas dudas, máxime de cara a quién propondrá el jefe del Estado como candidato. 
De la votación inicial, la sorpresa, al final no ha sido tanto el apoyo nacionalista-soberanista, aunque no se sabía si Junts votaría sí o se abstendría en la primera de las votaciones, cuanto que Vox no ha votado a la candidata del partido popular. Veremos si hay o no una ruptura real entre PP y Vox. Y si todo ello cambiará el escenario político a futuro.
Esta será una legislatura con enormes dificultades. Cada ley será un mundo para verse aprobada, sobre todo, sabiendo que la cámara alta el partido popular tiene mayoría absoluta. Hoy Junts, nos dice algo claro en sus gestos y hechos, quiere participar en la gobernabilidad. Podría haber votado no y dar carpetazo a todo y provocar el camino hacia una irreversible repetición electoral, incierta aún más en sus resultados. Posiblemente todo el bloque de izquierda y el nacionalismo es consciente de lo que en verdad se juega si hay repetición y ante la duda, la alianza aunque de mínimos y de investidura saldrá adelante. Luego el día a día, la tensión de la cuerda, la subasta del voto, el conflicto de pareceres e intereses, el bloqueo y la amenaza del bloqueo y el poder ir a unas anticipadas, marcarán el devenir inmediato de una legislatura, que menos aburrida, tendrá de todo. Ojalá la responsabilidad y la ejemplaridad de diputados y senadores esté a la altura no de lo esperado, sino de lo exigido.
Se han acabado los juegos, también la finta, el querer y no querer, el aparentar y el ser. Caídas las caretas, todo empieza a asentarse. Las apuestas no han servido. El deseo ni puede ante la realidad ni es un buen compañero de viaje. 
Quedan por delante unas semanas de mucha negociación donde nadie querrá luz y taquígrafos y solo hacer trascender lo que en verdad se quiera hacer trascender. La geometría variable del voto y de cada norma será el denominador común. Habrá investidura. De eso no cabe duda. No dejarán pasar la oportunidad quienes saben que este escenario, sin ser apocalíptico, sí difícil y complejo, no volverá a repetirse. Es el poder. Y a los nacionalismos la cercanía del poder y sentirse necesitados es la sal misma de una vida y modo de entender la política y pujar por él cuando sus votos son oxígeno y esencia para quiénes los necesitan y están dispuestos a pagar o hacer concesiones por él. 
Será esta una legislatura muy diferente y donde esa ejemplaridad que muchos piden y anhelan se quedará en un vano intento. La tensión está garantizada. Como el reproche y la mordacidad vacua.