«Tenemos que levantar la cabeza por encima de la Muralla»

Mayte Rodríguez
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Hoy charlamos con Antonio Rodríguez, nuevo gerente del centro comercial El Bulevar de Ávila

«Tenemos que levantar la cabeza por encima de la Muralla» - Foto: David González

Antonio Rodríguez García (Ávila, 1981) está dando sus primeros pasos como gerente del centro comercial El Bulevar, puesto al que se incorporó hace justo un mes. Su llegada a la gerencia resultó algo accidentada porque coincidió con la DANA que obligó a suspender las Jornadas Medievales y también a cerrar por unas horas las instalaciones comerciales  que él dirige precisamente por los daños que la ingente cantidad de lluvia caída provocó allí. Pasado aquel susto, que de algún modo forma parte de las incidencias inesperadas a las que puede tener que hacer frente en su nueva responsabilidad, Antonio Rodríguez afronta esta nueva etapa con ilusión, tanto personal como profesional. Y aquí subraya el «gran equipo humano» que ha encontrado en la gerencia de El Bulevar -Ana y Jesús-, a los que agradece su buena disposición y su ayuda en estos primeros tiempos de aterrizaje.   

¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza sobre Ávila?

Su gastronomía: las patatas revolconas, su carne, sus tapas, ...

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

Puede sonar a tópico, pero lo que más me gusta de Ávila es la Muralla. Cuando estás aquí igual no la valoras, pero cuando te vas fuera y vuelves empiezas a darle la importancia que realmente tiene el monumento. También me gusta mucho San Vicente.

¿Qué es lo que menos le gusta de Ávila?

Lo mal que podemos llegar a hablar nosotros mismos de nuestra ciudad. Creo que porque no creemos en nuestra propia ciudad. Yo he conocido muchos extremeños y cuando les preguntas de dónde son todos te responden con el nombre del pueblo, por pequeño que sea, y luego ya te dicen la provincia en la que está. En Ávila es justo al contrario, aunque yo tengo que decir que siempre digo con orgullo que soy de aquí. Al no creer en nuestra ciudad es por lo que Ávila es un poco más cerrada de lo que debería. 

Un lugar para perderse…

El centro de Ávila de noche es espectacular. He vivido fuera de la Muralla, después viví dentro y caminar por cualquier calle de noche tiene un embrujo especial.

Un recuerdo de su infancia…

Yo vivía al lado de la estación de trenes, así que jugábamos en la calle y solíamos saltar el muro que nos separaba de la vía del tren, con lo peligroso que era -ahora me doy cuenta-. También tengo un bonito recuerdo de ayudar a mi abuelo a limpiar su taxi y de pasar los veranos en Lanjarón (Granada), el pueblo de mi padre.

Un personaje abulense que le haya marcado…

En primer lugar mis padres, les admiro a los dos porque vienen de dos familias muy humildes que se empeñaron en que sus hijos tuvieran formación y trabajaron duro para conseguirlo. Y mis padres nos han dado una muy buena educación a mis hermanos y a mí, sobre todo a valorar a la persona, a no hacer distinciones entre hijos e hijas, y por encima de todo nos han enseñado a valorar el trabajo a través de su propio ejemplo. También me ha marcado muchísimo Javier Jiménez Veiga, que fue compañero mío en el gimnasio Fit Up, él era el jefe de mantenimiento y durante mucho tiempo fue como un padre para todos nosotros, un gran profesional tristemente falleció y yo lo recuerdo como una persona que se desvivía por los demás, daba igual la hora a la que le llamaras, así que quiero hacerle aquí este pequeño homenaje recordándole aquí. 

El mayor cambio que necesita Ávila…

Abrirse en todos los sentidos. El propio abulense, en el que me incluyo, tiene que levantar la cabeza por encima de la Muralla, pero también es importante que ayuden las Administraciones públicas a que vengan empresas y eso significa mejorar las comunicaciones que tenemos hoy con las ciudades de nuestro entorno. Tenemos que creer en nuestra ciudad y Ávila tiene que tener buenas carreteras y un tren que no tarde hora y media a Madrid.

¿Qué tiene que mantener Ávila?

Su esencia: el carácter del abulense hay que mantenerlo porque esa es su esencia principal. No somos cerrados, a todo el mundo se le acoge bien. 

¿Qué le parece la ciudad hoy en día?

Me ha sorprendido porque pensé que después de la pandemia íbamos a quedarnos estancados. Sin embargo, el abulense ha hecho un esfuerzo por volver a ser lo que éramos antes del covid-19 y la ciudad ha mejorado un poquito. Si tuviéramos mejores comunicaciones todo sería diferente, pero Ávila ha mejorado y la ciudad se conoce cada vez más.

¿Cómo ve Ávila en el futuro…?

Todo depende de que lo que hablamos: si el abulense cree que en Ávila; si los políticos hacen por que Ávila crezca y eso implica mejorar las comunicaciones con las ciudades limítrofes, Ávila tendrá un buen futuro. Si conseguimos que el tiempo de viaje con las ciudades cercanas sea de una hora, todo irá sobre ruedas porque la gente vendrá aquí a trabajar atraída por la gran calidad de vida que tenemos aquí. Mi mujer y ello elegimos vivir en Ávila precisamente por la calidad de vida. 

¿Qué puede aportar a Ávila?

Mi trabajo. Yo no tengo problema en trabajar las horas que haga falta porque, como he dicho antes, es lo que me han inculcado desde pequeño. Quiero que mi ciudad crezca y mi aportación a eso es mi trabajo. 

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