Un juez de Ávila estalla contra la situación de la Justicia

M.E
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El magistrado del juzgado número 4, que ya había denunciado la sobrecarga de trabajo, relata en Twitter que Concepción le sugirió que se pidiera la baja médica y aprovechara para «sacar sentencias»

Un juez de Ávila estalla contra la situación de la Justicia

El titular del juzgado número 4 de Ávila, Tomás Sánchez Puente, ha estallado contra la situación de la Justicia y, en particular, contra la sobrecarga de trabajo en su profesión y su juzgado y ha acusado al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), José Luis Concepción, de sugerirle que se pidiera una baja médica y aprovechara para «sacar sentencias». Tomás Sánchez, que ya está de baja no ya para adelantar trabajo sino «para cuidar ante todo mi salud psíquica», se ha explayado en la red social Twitter, donde en un extenso hilo vuelve a denunciar que no da abasto con los asuntos pendientes (ya lo hizo hace unos meses en una entrevista con Diario de Ávila), lamenta la falta de recursos y la hipocresía de los políticos y reivindica la creación del sexto Juzgado de Primera Instancia e Instrucción en Ávila.

El juez, que no quiso hacer declaraciones más allá de su relato en la red social (tampoco lo hizo el TSJ), asegura que, con un rendimiento acreditado del 180%, tiene «casi cincuenta sentencias civiles con más de un año de retraso y otras cuarenta con menos de un año, las ejecuciones hipotecarias empantanadas y algunos procesos de violencia de género (ámbito en el que es competente) con retrasos preocupantes. Y este juez no sabe dar más de sí para solventar el problema», apunta, no sin olvidar que los problemas de conciliación en la Carrera Judicial «son graves y endémicos».

En una conversación telefónica, y tras informar del problema, cuenta que «el presidente del TSJCyL me dijo: ¿y por qué no te pides una baja médica y aprovechas para sacar sentencias?. Sí señores, los magistrados y jueces recurrimos al fraude de la ley laboral para sortear un problema que por pereza colectiva no queremos afrontar, el de la sobrecarga de juzgados y tribunales», continúa explicando.

Tomás Sánchez afirma que el CGPJ y el Ministerio lo saben, pero «confían en que tú solo solventes un problema que es de su competencia», con lo que «empiezas a comprender esa palabrita mágica que con sabiduría dicen los compañeros más experimentados, autorregulación». Y añade más: «Los jueces, esos sacrosantos defensores de la ley, somos los primeros en saltárnosla al no cumplir algunas de las funciones encomendadas porque no damos abasto; con nuestras productividades del 150, 200 y 250% no damos abasto». Frente a esto,  «cada juez encuentra su artimaña particular para subsistir (generalizo) y la Inspección hace la vista gorda», señala el juez, que asegura que en los círculos internos «sabemos lo que se puede y no se puede hacer» y que se obra en consecuencia. 

Así, y tras poner ejemplos de estas situaciones y fotografías de los papeles amontonados en su despacho, el juez también arremete contra «la hipocresía» en la lucha contra la violencia de género. «No hay juzgados exclusivos suficientes y, por tanto, el tiempo dedicado en los Juzgados a cada asunto es ínfimo». En este punto puso un ejemplo de la Comunidad de Madrid para asegurar que 2 horas y 16 minutos es el tiempo que cada juez dedica por víctima, un tiempo con el que «el Ministerio de Justicia y el Ministerio de Igualdad dicen que se proveen medios para luchar contra la violencia de género, es de chiste». 

En este escenario, dice estar preocupado por la evolución del déficit público y que entre los servicios públicos esenciales en el reparto de los fondos también «hay que pensar en la Justicia». «La mayoría de ciudadanos no tendrá que pisar un juzgado en su vida, pero es importante garantizar que el día en que sus derechos e intereses estén en juego, habría alguien con tiempo para escucharles, sopesar y dictar una resolución legal y justa». 

La última parte de su hilo en Twitter la dedica a contar el motivo que le llevó a escribir su extenso hilo, a riesgo de ser sancionado o de que el presidente del TSJ le dirija una querella por injurias. Después del tiempo «gastado en cuestiones gubernativas no relacionadas con la función jurisdiccional», «después de múltiples escritos informando de la grave situación del juzgado, tras haber asumido en mi fuero interno la 'sugerencia' del presidente del TSJ sobre la baja médica y haber llamado para convenir el nombramiento de mi sustituto para el juzgado, el CGPJ anuncia una próxima inspección extraordinaria. ¿Otra vez?¿Otra vez haciendo gastar más tiempo a los profesionales?¿Va a servir esta vez para poder nombrar el noveno funcionario o será como siempre que el CGPJ informa favorablemente y luego el Ministerio de Justicia no lo nombra?¿O se trata de ver si deciden sancionarme o no?», se preguntó, para continuar con un «¡señores del consejo, sanciónenme con la sanción que crean más justa que no la recurriré, pero dejen a la LAJ y a los funcionarios de mi juzgado trabajar en paz!», exclamó.

La petición «sin demora» del sexto Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Ávila fue el contenido de su último mensaje. «La Muralla imprime carácter», concluyó.