Cosecha "normal" de judías de El Barco a pesar de la sequía

Mayte Rodríguez
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Las restricciones de riego decretadas este verano no han afectado a la producción, que se sitúa de media entre 1.000 y 1.100 kilos por hectárea, según la estimación del Consejo Regulador de esta IGP

Huertas de judías en El Barco de Ávila - Foto: M.R.

A falta de los judiones, que tienen un «ciclo más largo y todavía tienen mucha vaina verde», el resto de las variedades amparadas por la Indicación Geográfica Protegida Judías de El Barco de Ávila ya están recogidas. Así lo confirman desde el Consejo Regulador, cuyo director técnico, Nicolás Armenteros, califica la cosecha como «normal» en cantidad, «similar a la del año anterior». Pese a que todavía no hay cifras definitivas, las estimaciones apuntan a que se han recogido «entre 1.000 y 1.100 kilos por hectárea de producción media», detalla. Estos datos de producción estimada permiten concluir que la tremenda sequía no ha supuesto un gran perjuicio a la cosecha de Judías de El Barco de Ávila, al menos a la superficie amparada por el Consejo Regulador. Si bien es cierto que se trata de un cultivo de regadío, «el déficit de caudal» detectado en el río Tormes llevó a imponer restricciones en el riego a primeros de agosto, pero «después las judías han recibido dos o tres riegos más», por lo que a la vista de los hechos esas limitaciones no han afectado al resultado de la campaña. De hecho, se asegura que «la calidad es muy buena, que es lo más importante de cara a los consumidores», subraya. De hecho, las judías de la nueva cosecha ya están en el mercado porque los envasadores cuya producción está amparada por la Indicación Geográfica Protegida (IGP) «están obligados a comercializar las judías de la nueva cosecha a partir del 1 de octubre, que es cuando oficialmente empieza cada campaña», desvela. No obstante, Armeneros advierte que «en los establecimientos todavía pueden tener existencias del año anterior».

 Precisamente para evitar fraudes y garantizar que el producto que adquieran es de calidad, desde la Indicación Geográfica Protegida se recomienda a los consumidores que, a la hora de comprarlas, se aseguren de que el envase lleva «la contraetiqueta del Consejo Regulador, es la única garantía de que son judías de El Barco de Ávila». En este sentido, hay que recordar que son seis las variedades de judía amparada por la IGP: blanca redonda; morada larga; morada redonda; planchada; arrocina y judión.

Aunque todas ellas son denominadas Judías de El Barco de Ávila y que este municipio es el que concentra una mayor superficie de este cultivo, lo cierto es que son más de cuarenta las localidades incluidas en la Indicación Geográfica Protegida, situadas en dos áreas claramente diferenciadas. Por un lado, los del entorno del propio Barco de Ávila, que abarca también «La Carrera, Solana de Ávila, Los Llanos, El Losar y Becedas» como principales áreas de cultivo. Por otro lado está Villafranca de la Sierra, precisamente el municipio «que aporta la mayor parte del judión protegido», señala el director técnico de la IGP, Nicolás Armenteros.

Eso sí, esas más de 40 localidades no suman más que 30 hectáreas cultivadas de Judías de El Barco de Ávila amparadas por la Indicación Geográfica Protegidas, lo que aproximadamente supone un 60% del total de superficie de este tipo de cultivo en la zona. «Las fincas más grandes son las que están registradas en la IGP», aseguran desde el Consejo Regulador, organismo de certificación cuyo director técnico advierte que la mayoría de las hectáreas cultivadas de judías responden a «huertas de pequeño tamaño».