La Movida madrileña fue un movimiento contracultural surgido en Madrid durante los primeros años de la Transición de la España posfranquista, que se extendió a otras provincias con el nombre genérico de la Movida. Este mes de agosto,  este fenómeno artístico y social que surgió de una manera espontánea en la década de los 80 viaja a la localidad abulense de El Arenal en forma de exposición y de documental.

De la mano de Jesús Sebastián, conocido como el fotografo de la movida, llega a la Casa de Cultura arenala una muestra antológica compuesta por 120 fotografias datadas entre el año 1982 y el 2000, todas ellas en blanco y negro y que nos trasladan al ambiente de la movida en la Malasaña (barrio madrileño) de aquellos años. Su presentación tendrá lugar este sábado, 5 de agosto, a las 19,00 horas con Jesús Sebastián en el marco de un acto en el que también se proyectará a partir de las 20,00 horas un documental titulado 'Malasaña 80 Bar de Copas', que tendrá nuevos pases los miércoles de 19,00 a 21,00 horas. Su autor es Juanjo Castro y fue seleccionado en el festival de cine de 2020 en Málaga.

Con esta exposición, que podrá ser visitada en el Centro Cultural La Fábrica hasta el próximo 25 de agosto en horario de 19,00 a 21,00 horas, «lo que quiero mostrar es cómo viví 'La Movida Malasañera' entre los años 1982 hasta el año 2000. Y, sobre todo,  aclarar mitificaciones y leyendas, de lo que fue una época maravillosa en el devenir de la cultura de toda España», explica el fotógrafo.

La Movida madrileña viaja ahora hasta El ArenalLa Movida en Malasaña abarcaba todos los palos culturales, desde el teatro hasta la música, pasando por la moda, literatura, comic, pintura, escultura, poesía, hasta gastronomía. Y todos de la mano, con una actitud rompedora, ecléctica, y desafiante con los modos imperantes hasta ese momento, que te marcaban lo que estaba bien y lo que estaba mal. No había límites.

En esta exposición, Jesús Sebastián, conocido en Malasaña como 'el Fotis, Fellini, o Flash Man', quiere mostrar la diversidad de las tribus urbanas existentes entonces; hablar con las imágenes de los que buscaban un hueco en el mundillo de los famosos, aunque la mayoría se quedaron en el intento; de los que  ya tenían un nombre, pero tenían que hacer acto de presencia porque llevaban gente a los locales. La Malasaña de los anónimos,  de los camareros,  de los vendedores ambulantes, como él,  de la gente del barrio, o de buscadores de emociones, con o sin aditivos.