Editorial

Un stock de vivienda sin vender que marca la temperatura de la provincia de Ávila

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La evolución del sector de la construcción es uno de los termómetros más eficaces para analizar la situación económica y social de un lugar, y de su despegue o no se pueden sacar conclusiones que ayudan a comprender el estado en que se encuentra una localidad, o en este caso la provincia de Ávila. Uno de los datos que ayuda a realizar ese análisis es la evolución del stock de vivienda sin vender, un stock que en el caso de la provincia de Ávila, como en otros lugares del país, sufrió un incremento desmesurado tras el estallido de la 'burbuja inmobiliaria' y la posterior crisis y que, a pesar del paso de los años, no se ha logrado asumir.

El último informe del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana cifra en 3.364 los inmuebles sin vender en la provincia de Ávila, un dato que en los últimos diez años se ha reducido un 16%, lo que supone una bajada constante, pero hay que tener en cuenta que ese stock respecto a todo el parque inmobiliario de la provincia se sitúa en el 2%, por encima aún de las medias nacional y regional.

De esta manera, y a pesar de que el stock de vivienda nueva sigue bajando, el principal problema viene motivado por esas viviendas que llevan edificadas desde años, o que se quedaron a medio hacer, y que no encuentran salida en el mercado. De hecho, según la Federación de Empresas de la Construcción y Obra Pública de Ávila (Fecopa), se calcula que cerca de un millar de esas viviendas se encuentran en la capital. Algunas se ellas quedaron sin concluir y ahora, en algunos casos, se han retomado, ante la reactivación de un mercado que parece que da una oportunidad, pero el sector no se va a lanzar a construir hasta que no haya una reducción exponencial de ese stock que invite a pensar que la situación está cambiando, y las circunstancias sociales que se dan en Ávila no lo auguran, con una población que está estancada y donde la única esperanza viene de esas inversiones para viviendas que se convierten en segunda residencia. Y es que el 40% del parque inmobiliario de Ávila es vivienda principal, mientas que el 60% restante, especialmente en el medio rural, son residencias secundarias. Una muestra más de uno de los grandes problemas que tiene esta provincia, que no es capaz de atraer tejido productivo, que se asiente a vivir y a desarrollar un proyecto vital en esta provincia, que consiga reactivar a otros sectores que necesitan de ese incremento poblacional. Por eso es fundamental que se impulsen políticas transversales que ayuden a atraer empresas (ello implica infraestructuras y servicios), que generen empleo, que en primer lugar consigan que no se marche el talento de los jóvenes abulense a otros lugares y, en según término, que logren atraer trabajadores de otros lugares. Una espiral que exige muchos más esfuerzos por parte de todas las administraciones públicas, especialmente la central y la regional.