El ARU de La Cacharra se ampliará hasta llegar a 300 viviendas

Mayte Rodríguez
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Una vez alcanzado el cupo de 154 hogares rehabilitados y al haber fondos disponibles de los 4,4 millones de euros asignados, de aquí al verano de 2025 se intentará duplicar esa cifra

Ascensores instalados en dos edificios de la calle Virgen de las Angustias con los fondos del ARU. - Foto: David Castro

Un paseo por el barrio de La Cacharra permite a simple vista darse cuenta de hasta qué punto el Área de Regeneración Urbana (ARU) está cumpliendo su misión en esa zona de Ávila, especialmente degradada porque los edificios de viviendas han quedado obsoletos después de más de sesenta años desde que fueron construidos. Sin embargo, las obras de rehabilitación a las que están sometiéndose desde el año 2020 no solo han dado un  evidente lavado de cara al barrio, sino que han contribuido a mejorar la calidad de vida de los vecinos que residen en esas viviendas, principalmente personas mayores que han visto cómo en sus casas hace menos frío después de haber llevado a cabo trabajos de aislamiento en las cubiertas y las fachadas o renovado las ventanas, incluso viendo reducirse la factura eléctrica que venían pagando hasta ahora porque otra de las obras que pueden optar a las ayudas públicas derivadas del ARU es precisamente la mejora de la eficiencia energética de los edificios. 

También la instalación de ascensores en edificios que solo tenían escalera han supuesto una mejora rotunda de la calidad de vida de sus inquilinos. «En este tipo de barrios modestos tenemos casos de gente mayor que no sale de casa porque ya sufren problemas de movilidad que les impiden subir y bajar las escaleras y es un verdadero drama, por eso la instalación de un ascensor les permite algo tan sencillo como poder bajar a comprar el pan cada día y eso cambia su vida completamente», nos cuenta Javier Arias, arquitecto coordinador de la la gestión del ARU La Cacharra-El Seminario. Hasta la fecha se han instalado dos ascensores en edificios situados en la calle Virgen de las Angustias y están proyectados otros dos en sendos inmuebles de esa misma calle, obras costosas que no sería fácil de asumir para esas comunidades de vecinos si no fuera por las ayudas públicas de este programa de rehabilitación, que «subvenciona el 80% del coste total de la obra con el IVA incluido y con un máximo de 16.000 euros por vivienda», detalla el arquitecto. 

Precisamente porque «el balance es muy positivo», la empresa a la que la Junta de Castilla y León adjudicó la gestión de ARU ha solicitado «una ampliación del número de viviendas» que pueden beneficiarse de estos fondos públicos. «El plan tenía previsto rehabilitar 154 viviendas y ya hemos llegado a ese tope», pero todavía han presupuesto disponible de los 4,4 millones de euros asignados, de ahí que el objetivo ahora sea «llegar a las 300 viviendas» y, de ese modo, poder aprovechar el dinero público disponible, dado que «tenemos ampliado el plazo del ARU hasta junio de 2025», revela Arias. Él admite que de aquí a entonces «es difícil que doblemos» la cifra de hogares rehabilitados, pero «lo hemos preferido así en vez de quedarnos cortos», señala. 

Precisamente ahora hay un buen número de proyectos de rehabilitación de edificios en marcha tanto en la zona de La Cacharra como en la de El Seminario después de que en los primeros años con el ARU operativo todo fuera especiamente lento. «Es habitual en estos programas que al principio los vecinos sean reticentes, primero porque la gente no se acaba de creer que te paguen el 80% de la inversión a fondo perdido, también porque muchos son personas mayores que a priori ven dificultosa la tramitación, de hecho en muchos inmuebles ni siquiera había constituida una comunidad de vecinos como tal, que es condición imprescindible para poder ejecutar obras en zonas comunes, sin embargo la experiencia también nos dice que a medida que van viendo que el edificio de al lado ha quedado precioso después de la rehabilitación empiezan a crecer las solicitudes de forma exponencial, por eso lo habitual es que sea en los últimos años del ARU cuando más solicitudes se reciben», explica el arquitecto coordinador de este programa.

Otro de los beneficios que deja el Área de Rehabilitación Urbana La Cacharra-El Seminario es que contribuye a crear empleo y a dinamizar el sector de la construcción en una ciudad como Ávila, en la que las promociones inmobiliarias de obra nueva son escasas. «El 100% de las empresas que están rehabilitando edificios y viviendas amparadas por el ARU son de Ávila y sus trabajadores son de aquí, eso es muy positivo para la economía porque aumenta el empleo en la construcción durante los cuatro o cinco años de duración del programa», destaca Javier Arias. De hecho, hay empresas del sector que se han especializado en este tipo de trabajos y tienen tal demanda que apenas han concluido una obra y ya tienen lista de espera para iniciar la siguiente en la zona de influencia del ARU. Es por ello que hay comunidades de vecinos que, tras recibir el visto bueno administrativo por parte del Ayuntamiento de Ávila una vez formalizada la burocracia por parte la Oficina de Gestión del ARU, «no encuentran constructores que les empiecen la obra en el plazo que desean porque no hay demasiadas empresas del sector», apunta.

El arquitecto destaca otra bondad de este programa: «Para que se abone la subvención no tiene que estar terminada toda la obra, sino que la parte que se va concluyendo se va certificando y esa certificación permite que se pague la parte proporcional de la subvención, eso permite darle liquidez a la obra», plantea Javier Arias, que aprovecha para animar a los residentes en la zona que no lo hayan hecho todavía a aprovechar los fondos públicos en forma de ayudas que el ARU pone a su disposición. «Una subvención de estas características es difícil que vuelva a Ávila, al menos a este barrio, por eso hay que aprovecharlo», asegura, mientras facilita el teléfono de contacto de a Oficina de Gestión de ARU, que es el 645425835 

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