Extraordinario resultado del PSC de Illa, éxito por tanto también para Pedro Sánchez, que se ha volcado en la campaña electoral. Gran resultado de Puigdemont, aunque conociendo al personaje no se pueda descartar que en un ataque de rabia pretenda cumplir su amenaza de que si él no era presidente de la Generalitat haría caer a Pedro Sánchez del gobierno. Y excelente también el resultado del PP, que ha cumplido su objetivo de incrementar en mucho el resultado de 2021 y además ha impedido que Vox le superara en escaños.
ERC queda descolgado. El socio de Sánchez para mantenerlo en Moncloa, considerado también seguro socio de Illa en un gobierno presidido por el ex ministro de Sanidad, sale maltrecho de estas elecciones, hasta el punto de que no es seguro que Junqueras y Aragonés consideren conveniente revisar sus relaciones con Illa, asunto que en cualquier caso queda aplazado hasta después de las elecciones europeas, que se celebran dentro de un mes.
Desde Moncloa llevan tiempo advirtiendo que antes del 9 de junio no se negociará nada con nadie. Para Sánchez es de máxima relevancia lograr un buen resultado en esas elecciones, sobre todo cuando su imagen está hoy cuestionada fuera de las fronteras y sobre todo en Bruselas, que es lo que más le importa. Las maniobras empresariales de su mujer, que importantes medios de comunicación internacionales han considerado corrupción, le han pasado factura. La consigna ahora es mantenerse quietos después, sin negociar un gobierno en torno a Illa en Cataluña, para que los posibles acuerdos con partidos independentistas no castiguen al PSOE en las urnas europeas.
Hablando de partidos, una lectura de estas elecciones catalanas es que el voto constitucionalista está fuerte. Eso, considerando que el voto del PSC es constitucionalista, lo que en algunos aspectos de puede poner en duda, si se tienen en cuenta las negociaciones entre socialistas e independentistas, sobre todo con Puigdemont, para mantener a Sánchez en Moncloa. Se ha conversado sobre la celebración de un referéndum de autodeterminación y también sobre decisiones unilaterales del independentismo. Los socialistas niegan que vaya a haber referéndum o que acepten la unilateralidad, pero hablar sobre esos asuntos con Puigdemont se ha hablado. Y hoy por hoy la palabra de Puigdemont es más creíble que la palabra de Pedro Sánchez.
Feijóo puede sentirse satisfecho por lo conseguido este 12 de mayo, ha conseguido nada menos que multiplicar sus escaños por cinco. Puede encarar con la cara bien alta la campaña para las europeas. Debería hacer una mínima reflexión sobre cómo vender el proyecto de su partido, porque en la campaña catalana ha cometido errores de bulto. Desde la indecisión para designar candidato a Alejandro Fernández, que ha demostrado tener bien calado al votante del PP catalán, hasta alguna incursión en el área de Vox, como el de la inmigración ilegal, que necesitaba matices. Que hizo, pero un buen político debe transmitir mensajes nítidos sin necesidad de matizarlos. Entre otras razones porque los adversarios de Feijóo están permanentemente buscándole de las vueltas para equipararle con Vox.
Yolanda Díaz ha vuelto a sufrir un revés. Los comunes han perdido fuerza, señal de que sin Ada Colau no son nada. Y Yolanda Díaz, con su partido Sumar en situación de derribo, o casi, suma un nuevo varapalo. Queda a los comunes la posibilidad de ofrecer sus votos a Illa para gobernar con ERC. Pero ni es seguro que ERC acepte esa fórmula de gobierno, porque necesita desesperadamente replantearse sus relaciones con Sánchez y Salvador Illa, ya que se enfrentan a un Puigdemont más fuerte que nunca. Es inaudito que un prófugo de la Justicia, que ni siquiera ha hecho campaña electoral en España porque sería detenido, haya tenido tan gran resultado. Es seguro que peleará para intentar alianzas que le permitan gobernar Cataluña. A eso ha llevado la política de Sánchez respecto a Cataluña.
Sánchez, insistimos, ha tenido un gran resultado a partir de persona interpuesta, Salvador Illa, pero será interesante ver qué pasa con las alianzas de gobierno, de su gobierno.
¿Seguirá contando con los 7 votos de Junts? ¿Y con los de ERC? Porque habrá dirigentes de ERC que justificarán el resultado como un castigo por su apoyo a Sánchez. Lo han apoyado a cambio de la amnistía, pero con el tiempo empiezan a comprender que la amnistía no depende de Sánchez, sino de los jueces españoles y del Tribunal de Justicia de la UE, y eso puede generar un malestar de consecuencias imprevisibles.
Empieza un nuevo capítulo, el europeo. Pero el más importante es el de las negociaciones para formar gobierno en Cataluña. Por los catalanes, y porque en esas negociaciones que se iniciarán después del 9 de junio, se decidirá el futuro de Sánchez. Se sabrá entonces si seguirá contando con los escaños que los independentistas han puesto a su servicio.