Trepidantes carreras de autos locos en Las Vacas

E.C.B
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Cerca de una decena de vehículos protagonizaron en la tarde del sábado una divertida prueba, toda cuesta abajo, por las calles de esta barriada de la capital abulense. El calor no impidió que numeroso público presenciara la competición

Trepidantes carreras de autos locos en Las Vacas - Foto: Isabel García

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Autos Locos

Velocidad, mucha diversión, un buen trabajo de organización y mucho calor. Así podríamos definir la primera edición de la carrera de autos locos que se celebró este sábado en el barrio de Las Vacas de la capital abulense.

Pese a las elevadas temperaturas fueron muchas las personas, tanto de la barriada como de otros puntos de la ciudad e incluso turistas, que se acercaron para presenciar esta divertida competición organizada por la asociación cultural juvenil recreativa 'Peña Mozos de las Vacas', que este año contó con la participación de casi una decena de vehículos especialmente preparados para la ocasión, que dejaron imágenes muy simpáticas durante el recorrido por las empinadas cuestas de esta zona céntrica de la ciudad.

Ya por la mañana, en la plazuela de Las Vacas tuvo lugar una exposición de los diferentes vehículos participantes. Unos prototipos elaborados en las últimas semanas en algunos casos y con cierta experiencia en este tipo de pruebas, otros, acompañados por tres coches que habitualmente participan en rallies y que hacían todavía mucho más vistosa la muestra. De hecho, fueron numerosos los niños y mayores que desde las doce de la mañana y hasta las cuatro de la tarde se acercaron a la plaza para contemplar de cerca estos singulares vehículos y conocer su funcionamiento.

Trepidantes carreras de autos locos en Las VacasTrepidantes carreras de autos locos en Las Vacas - Foto: Isabel GarcíaPero detrás de esta jornada había muchas horas de preparativos. El piloto de rallies Daniel Martín Galán, miembro de la organización del evento, explicaba que «siempre habíamos tenido la duda de cómo eran este tipo de carreras de autos locos, por la moda de los Red Bull que se ven en vídeos y en las redes sociales y nos acercamos unos amigos y yo a Piedralaves, donde llevan ya varias ediciones celebrando esta prueba, y nos gustó. Nos pusimos en contacto con la organización y empezamos a moverlo, y gracias a los patrocinadores y a la ayuda sobre todo de la Peña Mozos de las Vacas aquí estamos».  

Entre los participantes había desde un vehículo de la Peña Mozos de las Vacas hasta otros venidos de diferentes puntos de la geografía abulense, como El Barraco, donde ya tienen experiencia en este tipo de pruebas; El Fresno, Las Berlanas, Baterna y la capital. Martín Galán comentó que en su caso «hicimos valoraciones sobre construirlo de cero o comprar una base y sobre la base de un coche viejo casero lo hemos modificado todo, hemos puesto el sistema de frenos y suspensiones, porque es obligatorio en estas condiciones de carrera sólo tener dirección y freno. Así que es en lo que nos hemos centrado, en que el coche frene bien y luego ya decorarlo de la peña».

Y aunque desde antes de las cinco de la tarde, pese al intenso calor, ya la zona del circuito estaba debidamente cortada al tráfico y llena de público expectante, fue poco antes de las 17,30 horas cuando llegó el momento más esperado, el inicio de prueba, con salida desde arriba del Paseo de Santo Tomás para encarar después la calle Capitán Peñas y dirigirse, todo cuesta abajo, a las calles San Pedro del Barco y Doctor Jesús Galán para finalizar en la travesía San Cristóbal, donde se encontraba la meta. Un recorrido preparado en colaboración con RaceTime y también coordinado con el Ayuntamiento y la Policía Local.

Cada vehículo realizó varias veces el recorrido, para el deleite del público allí presente, y entre carrera y carrera todos eran remolcados hasta la parte de arriba del Paseo de Santo Tomás por varios coches grúa.

Y aunque se trataba de una competición, lo más importante era divertirse y los primeros que lo hicieron fueron los pilotos y copilotos de los nueve autos locos participantes, algunos de ellos disfrazados y todos tomándose la competición con mucho humor.

Eso sí, hubo premios para todos ellos, consistentes en un trofeo para cada uno de los participantes, y para los tres primeros clasificados por tiempo, a los que se entregó un jamón, un lomo y un chorizo con una botella de vino. También se otorgaron, según el criterio de la peña organizadora, premios al coche más original y al mejor trabajado, pues la idea era que, como indicó Martín Galán, «todos se llevaran un bonito recuerdo».