Entre trillos y horcas

M.M.G.
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Más de medio millar de personas se reúnen en Muñogalindo para revivir sus tradiciones en la edición número 17 del Día de la Era

Entre trillos y horcas - Foto: David Castro

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Día de la Era

Pacientes, trabajadores, serviciales. Gitano y Mansito, dos preciosos burros grises, caminan en círculos despacio sobre la parva, mientras que Ángel y Marina, dos primos de no más de siete años, hacen lo propio sobre el trillo que comienza a separar en la era el grano de la paja. Después, con la horca, hombres y mujeres hacinan las mieses, levantan la paja y revuelven la parva. Ésta podría ser una escena extraída de un libro de historia reciente. Pero lo cierto es que se vivía este mismo sábado en Muñogalindo, donde tenía lugar la edición número 17 del Día de la Era.

Alrededor de un millar de personas (la mayoría vecinos del pueblo pero, otros muchos también llegados de localidades vecinas del Valle Amblés) disfrutaron de una jornada con varios objetivos. El primero lo adelantaba el alcalde de Muñogalindo, Diego Pascual, que hablaba de cómo con el encuentro se pretende «rendir homenaje a la gente mayor», recordando cómo se iba a segar, como se trillaba y cómo, en definitiva, se vivía hace décadas el proceso de la recolección del grano. «Era para lo que se trabajaba durante todo el año», hablaba de la importancia que entonces tenía el día de la trilla. 

Una importancia que, en cierta medida, decía, se ha trasladado al Día de la Era. «Hoy es uno de los días más importantes de Muñogalindo», decía convencido el alcalde, que presumía del trabajo llevado a cabo a lo largo de los años por todos los vecinos que han hecho que lo que nació como algo pequeño haya ido creciendo y evolucionando y sumando otras muchas actividades relacionadas con ese proceso de recolecta.

Entre trillos y horcasEntre trillos y horcas - Foto: David CastroY es que, además de poder vivir este sábado en primera persona el proceso de la siega o la trilla, niños y mayores participaban también, por ejemplo, en un taller de elaboración del pan; en uno de jabones, y en uno de encaje de bolillos, que contaba, incluso, con la presencia del tornero encargado de realizar en madera esos bolillos.

Cerca de allí, niños y niñas aprendían a lavar la ropa a mano y a extenderla después al sol, como en su día hacían sus abuelas y bisabuelas. 

Y a un sólo paso, las mujeres del GrupoEspigar, alma delDía de la Era, repartían sopas de ajo entre los presentes. «Era el almuerzo de las gentes del campo», nos decíaFelisa, contenta de ver cómo sus vecinos disfrutaban del plato.

Entre trillos y horcasEntre trillos y horcas - Foto: David Castro«La verdad es que ésta es la fiesta de referencia del Valle Amblés y de toda la provincia», ponía en valor la importancia del Día de la Era Jesús Martín, vicepresidente de la Diputación Provincial, para el que «17 ediciones es algo como para tener en cuenta».

En su opinión, si la fiesta sigue celebrándose y creciendo con el paso de los años se debe a dos motivos principales.El primero, «la implicación de todo el pueblo». Y, el segundo, recalcaba, la presencia en Muñogalindo de la AsociaciónEspigar, «una asociación muy activa recuperando el folklore y las tradiciones».

Por cierto que tras la celebración de los talleres en el arbolado y refrescante parque de ElRegajo, los vecinos se unieron en una comida para la que se habían vendido 400 tickets.

 

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