Editorial

Poco a poco se recupera el turismo anterior a la pandemia

DAV
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Algunos indicadores apuntan que el turismo de la capital va cogiendo velocidad de crucero y que ya está cerca de situarse en niveles prepandemia, cuando se había convertido en una importante fuente de riqueza, no sólo en Ávila sino en todo el país.

Cabe pensar que es lo lógico, después de haber superado la gran crisis sanitaria, social y económica que propició el covid, con un aumento de restricciones de movilidad mundial jamás antes conocida. Afortunadamente, todo eso se da por superado, hasta el punto de que, al menos en el caso de nuestro país, el Consejo de ministros revisará próximamente la obligatoriedad de utilizar mascarillas en centros sociosanitarios, como último reducto epidemiológico (que no significa la desaparición de la enfermedad).

Tras los primeros momentos de convulsión, muchas voces apuntaron que había que aprovechar el momento para construir una sólida base para que el crecimiento, que llegaría, fuera lo más rápido posible. Lo cierto es que han pasado casi dos años y medio, y esa explosión que algunos esperaban tampoco se ha producido, entre otras cosas por un clima de tensión bélica en el norte de Europa que tiene su extensión en todo el continente, y que el ciudadano lo percibe directamente en su bolsillo.

En cualquier caso, hay que hacer un estudio reposado de los cambios de tendencia en el movimiento turístico de Ávila, porque eso nos podrá dar algunas claves sobre las políticas que se han de promover, y que pasan por la amplitud de miras y el ingenio, ya que no se puede vivir de la inercia generada previamente a la pandemia.

De hecho, Estados Unidos, tal y como se cuenta en esta edición, se ha convertido en el primer emisor de turistas extranjeros hacia la ciudad de Ávila, un dato significativo que hay que analizar y ver cómo esos grupos se puede multiplicar progresivamente.

Ávila, en su conjunto, cuenta con multitud de recursos turísticos: históricos, patrimoniales, medio ambientales, gastronómicos, culturales, religiosos... que hay que seguir poniendo en valor porque, a estas alturas, queda camino por avanzar. Casi a diario podemos contemplar decenas de autobuses de excursiones que paran en el Centro de Recepción de Visitantes, y que en apenas unas horas están de nuevo en marcha para comer o hacer noche en otros lugares.

Hay que desarrollar políticas que permitan aumentar la estancia de los turistas en la ciudad y, de forma coordinada, con un plan de turismo de promoción provincial. Será la manera en que todos ganemos, que se dé un empujón definitivo, porque a pesar de que algunos ciudadanos abulenses reniegan de que esta no puede ser la principal fuente de riqueza local, no es menos cierto que hoy por hoy supone un porcentaje nada despreciable de la economía abulense. Es un sector de oportunidades que sigue creciendo.