Hace cuatro meses se volcaron con la boda de Ana y este viernes, los vecinos de Cebreros volvieron a hacerlo con Blanca. Hablamos de las dos hijas del campeón de rallies Carlos Sainz y, por tanto, hermanas del piloto de Fórmula 1 del mismo nombre, que en apenas cuatro meses han contraído matrimonio con sus respectivas parejas en la iglesia de Santiago Apóstol de Cebreros, una localidad a la que las dos están muy ligadas. 

Ana, la pequeña, se casaba el pasado 18 de febrero. Y Blanca se convertía en la mujer de  Guillermo Comenge este viernes, arropada por los suyos y por los muchos cebrereños que, una vez más, quisieron  vivir en persona la boda de uno de los miembros de una familia muy querida en la zona. No en vano,Carlos Sainz es propietario de La Piñonera, una finca en la que el piloto disfruta de su pasión por la enología y que este viernes se convirtió una vez más en el escenario de una importante celebración familiar.

Aquellos que se acercaron a las inmediaciones de la iglesia parroquial de Cebreros antes de las 18,30 horas, cuando se celebraba la boda, pudieron ver al hermano de la novia. El piloto de Ferrari acudía de nuevo con chaqué a Cebreros (lo hacía, por cierto, conduciendo un imponente deportivo de su marca), Aunque, esta vez, sin la compañía de Isabel Hernáez, la que ha sido su novia durante los últimos siete años pero de la que, según se ha sabido, se ha separado hace apenas una semana.

Muy cariñoso con los cebrereños, Carlos Sainz hijo (que este fin de semana no compite, de ahí la fecha elegida para la boda por su hermana) llegaba del brazo de su madre, Reyes Vázquez de Castro; y sólo unos segundos después que su hermana Ana y su cuñado, Rodrigo Fontcuberta.

Entre los invitados que poco a poco iban entrando a la iglesia cebrereña pudieron verse algunos otros rostros conocidos, como los del hijo del Duque de Alba, Carlos, acompañado de su esposa, Belén Corsini, o el de Carla Royo-Villanova. 

Y no hubo que esperar mucho para ver la llegada de la novia. Lo hacía vestida por Navascués y del brazo del orgulloso padrino, el bicampeón de España de Rally en 1987 y 1988, y bicampeón del Mundo de Rally en 1990 y 1992 con Toyota.

Ése fue, sin duda, uno de los momentos más emotivos para novios y familiares, que tras la misa, saludaron a los presentes y a los muchos medios de comunicación nacional desplazados a la zona, antes de trasladarse a La Piñonera para disfrutar, ya en la intimidad, del día.