Gerardo L. Martín González

El cimorro

Gerardo L. Martín González


Los ismos

13/12/2022

En mi época de estudiante, en la Biblioteca Nacional di con un curioso diccionario, el Diccionario de los ismos, pues hay tantos que da para hacer un diccionario, además expansivo, pues pueden incorporarse nuevos ismos que surgirán. Y ¿qué es un ismo? Tiro de diccionario de la RAE, que me dice: -ismo es un sufijo con el que se forman sustantivos que suelen significar "doctrina", "sistema", "escuela" o "movimiento", como socialismo, cristianismo, impresionismo, populismo. También puede ser "actitud", "tendencia", "cualidad", como egoísmo, individualismo. Puede también designar "actividades deportivas", atletismo, senderismo. También puede formar "términos científicos", como astigmatismo, heliocentrismo. Incluso puede indicar "situación" o "condición". como marginalismo, egoísmo.
 Con cierta frecuencia, y en estos momentos muy de actualidad entre políticos, hay palabras que se utilizan como insulto o al menos con muy mala intención de ofender al contrario. Tal es el caso de fascista, como partidario del fascismo, no como perteneciente, puesto que este movimiento político ya no existe, sino porque se intenta decir a los que la oyen, que son muy parecidos en ideas a lo que fue el fascismo. Pero hay muchos mas ismos, y diré solo unos pocos en política: nazismo, comunismo, nacionalismo, sindicalismo, franquismo, populismo, etc., etc. El fascismo, en el que me voy a detener, no para dar alguna explicación, ni de cosas malas o de buenas, si las hubiera, sino para entrar en ese mundo del origen de las palabras. Como todos sabemos el fascismo nació y se desarrolló en Italia, sobre todo en la segunda guerra mundial, de la mano y mando de Mussolini, un movimiento político basado en una ideología totalitaria, supranacionalista, racista, de rígida disciplina y antidemocrática. Y tomó ese nombre basándose en los antiguos fasces romanas, el símbolo del poder y unidad del Estado. Los fasces, cuya traducción al español es haz, estaban formados por un manojo de 30 varas de olmo o abedul, maderas resistentes y flexibles, atadas según unas precisas reglas, cuatro vueltas en la parte superior, cuatro vueltas en la mitad y otras cuatro vueltas en la parte inferior, con una cinta continua de cuero rojo, hasta formar un cilindro. Las varas sujetaban un hacha de doble hoja, una de las cuales quedaba en el interior del cilindro. Su primer significado era, la unión hace la fuerza, pues es mas difícil quebrar diez varas que una, y representaban a las treinta curias o tribus que formaron el primitivo estado romano. Los fasces los portaban al hombro los lictores que acompañaban a los jueces romanos, como símbolo de autoridad y potestad para hacer justicia, representando el hacha ese poder sobre la vida y la muerte, y han sido el precedente, aunque mas modesto en intenciones en significados, de los maceros municipales.
Todo este simbolismo, con sus significados de poder, justicia, autoridad, siempre ha sido bien visto por los estamentos de poder, y los fasces se han extendido hasta nuestros días, y adoptado por muchas instituciones de influencia occidental, políticos y sobre todo judiciales y policías. Así, está en el escudo de Francia, en numerosos lugares de los Estados Unidos de Norteamérica, en muchos países iberoamericanos. También aquí en España, y vamos a destacar los emblemas de la Guardia Civil española. Este benemérito cuerpo armado, tuvo al principio como emblema, las dos letras G y C, mayúsculas, entrelazadas y un tanto barrocas, con una corona real en la parte superior, excepto durante la segunda república, que era la corona republicana, hasta 1943 que se adoptó el actual emblema de los fasces y hacha, y una espada cruzada, con la punta hacia abajo, con el significado de estar sometida a la autoridad legalmente constituida. El hecho de que fuera en el año 1943, hizo que algunos partidos políticos, siempre cortos en saberes históricos, lo entendieran como un símbolo franquista, y que por tanto había que eliminar. La contestación fue que no era tal, sino una reminiscencia de la antigua Roma, con todo su significado. Esto es cierto, pero como todo en política, depende de como se mire, porque el águila de san Juan de la bandera española no era franquista, puesto que provenía de los Reyes Católicos. En esta España actual de cambalaches, vete a saber si cualquier día desparece el conocido y respetado símbolo con el que identificamos a la Guardia Civil, por el cambio de unos pocos instantes de poder.