No está mal dotada la ciudad de Ávila, todo lo contrario, de espacios preparados o potencialmente utilizables para albergar encuentros culturales de todo tipo, en formato grande, en formato pequeño, que necesiten muchos medios técnicos o que sean artesanía pura, que quieran ser discretos o que aspiren y lo consigan a lucir en el máximo esplendor.
Partiendo de que la propia ciudad, por sus excepcional riqueza patrimonial, es en sí misma un enorme y envidiable escenario, tal y como queda demostrado cada vez que se celebra alguna actividad bajo el techo del cielo –Cir&Co, las Jornadas Medievales, conciertos, representaciones teatrales, Ávila Mágica…–, hay que recordar que, dependientes del Ayuntamiento, de la Junta de Castilla y León, de Fundación Ávila y de otras instituciones públicas o privadas, son muchos los lugares específicamente preparados para acoger esas citas con la música, la literatura, el arte plástico, la escena, el cine, la gastronomía (que también es cultura) o el más puro entretenimiento, y que tras la pandemia, que significó un serio parón tanto en la oferta como en la disposición de los abulenses a volver a asistir a esos actos, parece que ha vuelto la normalidad.
Son las administraciones públicas las que cargan con el peso fundamental de las programaciones culturales, conscientes de que aportar presupuesto a este campo no es gastar si no invertir, y también en su mano está a veces sostener o alentar las iniciativas privadas que tienen su peso específico.
ayuntamiento. Cuenta el Ayuntamiento, por empezar por la administración más cercana, con tres bibliotecas municipales bien dotadas y que demuestran todos los años ser capaces de completar su labor de préstamo de libros con no pocas actividades de promoción de la lectura, con un Episcopio muy polivalente que vuelve a tener un uso casi diario de una u otra manera, con un auditorio municipal de San Francisco lleno de capacidades y al que hay que quitar el equivocado sambenito de que está 'muy lejos' del centro (en Ávila todo está en el centro), con dos palacios bien recuperados que se han convertido en lugares de referencia para disfrutar de la cultura más cercana (el de Superunda cuenta con la envidiable colección de pintura de Guido Caprotti, y en él se celebran muchos encuentros puntuales con la música y otras artes; y el de Los Verdugo, además de acoger varios servicios municipales, da cabida al Archivo Municipal, lleno de una riqueza grande y para muchos desconocida o insospechada, y a dos estupendas salas de exposiciones, una en cada uno de los pisos de su patio interior) y con muchas calles, plazas y rincones de enorme belleza y llenas de resonancias que son salas de primera para todo tipo de actividades culturales.
En el debe, sin que aún haya sido explicado como debiese el por qué de su desaparición, queda el interruptus inesperado que sufrió el festival de música Abvlensis, de una enorme calidad y proyección internacional, que el Ayuntamiento quiso sustituir por el festival Tomás Luis de Victoria, un programa importante pero que no logró alcanzar la altura de aquel.
junta. No le anda a la zaga la Junta de Castilla y León, que puede presumir de una Biblioteca amplia, bien dotada, envidiablemente situada junto al Episcopio y también con una gran actividad cultural de promoción de la literatura y otras artes (acoge conciertos, representaciones teatrales, espectáculos infantiles, cine…), de un Museo que ha sabido crecer implicando cada día más al público abulense también de la mano de continuas actividades que complementan su labor de custodiar y compartir el tesoro que es la riqueza del pasado abulense (ofrece exposiciones, conciertos, conferencias, talleres para niños y jóvenes…) y que ha sabido encontrar en el próximo Almacén Visitable de Santo Tomé un espacio que enriquece su oferta con su complementariedad, y de un Archivo Histórico Provincial que también ha sabido y querido abrirse al público en general para no ser solamente lugar de visita de estudiosos o de abulenses necesitados de encontrar algún documento sobre su pasado. Sin olvidar al Palacio de Fuente el Sol, que en no pocas ocasiones muta en espacio abierto a la cultura... y los programas que desarrolla a lo largo del año, por ejemplos los antes mentados Cir&Co o Ávila Mágica.
También es importante la labor de promoción cultural que realiza Fundación Ávila en sus dos espacios de la capital: en el Palacio los Serrano no cesa la actividad formativa en forma de cursos y talleres que abarcan disciplinas tan variadas como la pintura, el grabado, la fotografía, la historia, la literatura o la filosofía, al tiempo que en su magnífico auditorio se celebran citas también de muy variado contenido y en sus tres salas de exposiciones encuentran estupendo acomodo artistas plásticos abulenses y de fuera. A unos cientos de metros, el Auditorio del pasaje que va de la calle Reyes Católicos a Pedro Lagasca sigue acogiendo citas culturales, cierto que menos que en los años dorados de los noventa y los dosmil, tanto como que sigue manteniendo sus puertas abiertas para encuentros con la literatura, la música y otras disciplinas culturales.
Caso aparte es el Palacio de Congresos y Exposiciones Lienzo Norte, que aunque dependiente del Ayuntamiento lleva una vida independiente en la que cada año se celebran un gran número de actividades que no se quedan solamente en lo cultural (conciertos, exposiciones, proyecciones de cine, espectáculos musicales y de humor,…) sino que se ha convertido en un imán para ser sede de congresos de todo tipo, rodaje de anuncios y de películas o espectacular sala de exposiciones con las mejores vistas del mundo. Y esa amplitud de posibilidades que los responsables del espacio han sabido aprovechar bien se ha convertido, y eso no hay que obviarlo, en un notable motor para la economía abulense, no solo para el sector hostelero sino para todos, ya que cada una de las personas que viene a alguna de esas citas en el Lienzo Norte duerme, come y disfruta del ocio de la ciudad, y eso suma muchos millones en ingresos al cabo del año.
También germina la cultura en otros ámbitos, de la mano de las asociaciones de vecinos, de los barrios, de algunas instituciones… por ejemplo tenemos a la asociación Juventudes Musicales de Ávila, que desde la humildad y el trabajo, y con ese respaldo no solamente 'emocional' que es pertenecer a una asociación muy reconocida por su labor a nivel internacional, fue capaz de poner en marcha el siempre ansiado y aplazado proyecto de crear una orquesta sinfónica en Ávila (hace ya una década de este éxito) y consigue además dar el máximo eco posible al Día Internacional de la Música llenando la ciudad de actuaciones y organizada cada año el Concurso Nacional de Música de Cámara Ciudad de Ávila.
Asimismo añaden valor y variedad a la oferta cultural de Ávila la asociación Filarmonía, que ayuda a disfrutar más y mejor de la música clásica; la Asociación Musical «Banda de Música de Ávila, que tras el parón impuesto por la pandemia ha vuelto a retomar con fuerza su labor de formación y difusión de la música, y las asociaciones de vecinos.
Especial mención merece, en el campo de la literatura, la Asociación de Novelistas La Sombra del Ciprés, que naciendo como agrupación para reunir a personas que comparten las mismas inquietudes creativas y las mismas pasiones por la letra escrita ha sabido crecer con la generosidad de regalar a la cuidad buena parte de los buenos resultados que ese afán compartido por los libros puede producir.
Con todo ese potencial, coinciden en afirmar quienes trabajan a nivel privado que lo que se echa de menos es no pocas veces una mayor implicación económica del Ayuntamiento o de la Junta, que muy bien está su participación más o menos entregada en la mayoría de las actividades culturales para las que se les pide apoyo, pero que mejor lo estaría, y no sólo por lo que supondría de espaldarazo a este sector sino también de forma directa al conjunto de la economía abulense, si ese compromiso alcanzase una cota un poco más alta, porque además de ayudar a que el nivel mejorase también levantaría un poquito la 'moral' para no renovar fuerzas en ese camino.