Sonetos para hablar de números y de letras

D.C
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El abulense Gustavo Garzón Calabrés presentó su segundo libro, un poemario en formato clásico pero muy novedoso en contenido, lleno de humor y juegos de palabras, en el que los versos están acompañados por dibujos

El abulense Gustavo Garzón Calabrés, «psicólogo de profesión, músico de vocación y poeta de afición», socio de la Asociación de Novelistas La Sombra del Ciprés (en cuyo último libro corporativo ha participado), abrió este miércoles el ciclo literario 'El Episcopio presenta...' de febrero, organizado por el Ayuntamiento, con una cita que le sirvió para compartir con el público abulense su segundo libro publicado, formado por 40 sonetos llenos de humor que dedica a cada uno de los números y letras.

En cada uno de los sonetos de este libro, titulado Números y letras, que llega trece años después del primero, Las experiencias de un viajero llamado tiempo, aparece un lugar de la Península Ibérica y un nombre de persona que narran aventuras llenas de juegos de palabras; para enriquecer el contenido con nuevos significados, cada poema va acompañado de un dibujo, los dedicados a las letras realizados por diferentes ilustradores, y los dedicados a los números por el propio autor.

Comentó G.G. Calabrés que «he tardado tanto en publicar mi segundo libro porque coincidió que cuando saqué el primero nacieron mis hijas, gemelas, y como lo mío es más que nada afición, voy escribiendo poco a poco y cuando tengo algo que creo que toca publicar pues lo hago». Esta segunda publicación, explicó, «es un conjunto de poemas en formato de soneto dedicados a los números y a las letras, siempre con muchos juegos de palabras. La idea era hacer un homenaje a los números y a las letras, para celebrar que con algo tan pequeño podemos hacer una frase sencilla o contar algo tan grande como el Quijote o la Odisea».

Afirma el autor que «me considero creativo más que poeta o escritor, y me parecía interesante contar eso a través de sonetos, que son una estructura básica, de catorce versos, sencilla, que se puede leer de manera libre cada soneto, y con ello crear un hilo conductor para contar la historia de cómo van apareciendo los números y las letras y cómo a través de ellas se producen una serie de historietas variopintas». Y como ahora, añadió, «la tendencia es el verso libre, hacer sonetos es casi revolucionario; algunos amigos me han dicho que si estoy loco, pero yo les he dicho que no hay nada más moderno que ser un clásico. Y sí que es verdad que mi primer libro fue más en verso libre, aunque también había cinco sonetos que abrían cada parte del libro, pero la verdad es que los sonetos me gustan mucho, me acuerdo de cuando iba al instituto y del mítico soneto de Lope de Vega, y me parecía interesante utilizar una estructura clásica y darle un toque moderno, con muchos juegos de palabras».

En esos poemas «las letras son mujeres, chicas o niñas, y les van pasando sus historias, y los números son hombres o chicos, y en los juegos de palabras les he metido mucho humor», todo ello, resumió, porque «el objetivo del libro es echarte unas risas, algo que también he hecho pensando en mis hijas, a quien se lo he dedicado, y también para que otros niños lo lean con sus padres y jueguen a aprender de una manera diferente el abecedario».

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