Las fuerzas chechenas, compuestas por las unidades regulares subordinadas al Ministerio de Defensa ruso y la Guardia Nacional, partieron hoy a la "zona de tensiones" bajo el control del grupo de mercenarios Wagner, que se ha sublevado contra la élite militar rusa, según el líder checheno, Ramzam Kadírov.
"Los combatientes del Ministerio de Defensa y Rosgvardia de la república de Chechenia ya partieron a la zona de tensiones", en referencia a la región de Rostov, donde los mercenarios han tomado bajo su control el Estado Mayor de la ciudad de Rostov del Don, afirmó en su canal de Telegram.
Según el líder checheno, incondicional del presidente ruso, Vladímir Putin, sus efectivos "harán todo para conservar la unidad de Rusia y defender el Estado".
"La rebelión debe ser sofocada y si para eso es necesario tomar medidas drásticas, estamos listos para ello", añadió.
Kadírov se sumó a las voces que apoyan a Putin tras su mensaje a la nación en la que pidió la unidad de Rusia y calificó al jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin, de traidor.
"Todo lo que sucede es una puñalada en la espalda y una verdadera sublevación militar. He reiterado en varias ocasiones que la guerra no es el momento para sacar a la luz las ofensas personales y para dirimir las divergencias en nuestra retaguardia", sentenció.
El líder checheno se dirigió a los combatientes que se sienten patriotas de Rusia y les instó a "no dejarse llevar por las provocaciones".
"No importa qué objetivos les dibujen, que promesas les hagan: la seguridad y unidad de la sociedad rusa en estos momentos está por sobre todo", alertó.