La Asociación de Vecinos 'El Dolmen' de Bernuy-Salinero denuncia el estado de «abandono» y «dejadez» por parte del Ayuntamiento de Ávila que, a su juicio, sufre este barrio anexionado a la capital abulense en diferentes ámbitos, como las zonas verdes, el equipamiento infantil, servicios como limpieza o la recogida de basura o la situación de los espacios municipales, sin olvidarse del equipamiento médico.

La AAVV de Bernuy Salinero lamenta comunicar «el total estado de abandono» al que le está sometiendo el Consistorio municipal, fruto de lo que consideran una «falta de dedicación y la callada por respuesta», pese a los «múltiples requerimientos realizados al Ayuntamiento de Ávila para que esto cambie», aseguran.

En este marco, los vecinos aseguran que «actualmente los niños juegan en columpios rotos, astillados, con cables de acero vistos y puntas salientes, con el grave riesgo que ello supone. Se cuenta con un polideportivo de día con vallas rotas, y decimos 'de día' porque no existen focos que permitan su uso cuando cae el sol», afirman.

Los parques y demás terrenos del barrio se encuentran «sin el mínimo atisbo de desbroce por parte de los servicios municipales», de manera que esta función la realizan los vecinos durante el verano con motivo de las altas temperaturas y el grave riesgo de incendios. «Se cuenta en años el tiempo transcurrido desde las últimas podas, con lo que las ramas muertas se resquebrajan y existe un riesgo directo de que caigan sobre los vecinos», añaden desde la asociación.

También destacan que han reclamado en numerosas ocasiones una mayor periodicidad de recogida de los cubos de basura, hoy «escasísima», y que han denunciado «la falta de limpieza de la red viaria, sobre todo en semanas culturales y festividades». Así, afirman que únicamente existen cuatro papeleras en todo el barrio y que algunas están rotas.

Pero para los vecinos hay cuestiones que rayan «el despropósito». Así, apuntan que «el barrio cuenta con espacios sociales no cedidos (salvo uno) a sus contribuyentes, sin motivo ni justificación alguna», añadiendo que «uno de ellos sólo fue empleado para ser noticia del fantástico empleo de los recursos públicos en el barrio» y que «desde la foto sus puertas están cerradas». Ocurre lo mismo, defienden, «con otro de los salones sociales», el cual se «niega» por parte del Consistorio para toda actividad como talleres o charlas, aparte de para el recreo y buen uso por parte de los jóvenes del barrio. «Uno de ellos, por cierto, cuenta con un cristal roto (de fácil acceso para todos) y su situación lleva denunciada dos meses al Ayuntamiento», trasladan.

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