Debutó en partido oficial con el Barcelona en el verano de 2010, en Supercopa de España (derrota 3-1 ante el Sevilla). Y no volvió a tener minutos hasta nueve meses después, en un partido intrascendente de Liga ante el Deportivo (0-0) con el Barça campeón preparando el asalto a la que fue su tercera Liga de Campeones. Su potencial y la falta de oportunidades hicieron que emigrara a Inglaterra y 12 años después de su última aparición con el primer equipo, Oriol Romeu se convertirá en las próximas horas en el tercer fichaje confirmado culé.
Nacido en Ulldecona, provincia de Tarragona, el 24 de septiembre de 1991, Romeu era en su tiempo una de las figuras que con más firmeza emergía para asentarse en el primer equipo blaugrana. Formado en el Espanyol hasta firmar como azulgrana en edad infantil, Romeu representaba el paradigma del mediocentro culé: con buen pie, con gran desplazamiento y con aptitudes defensivas sin ser un futbolista físico.
Era, además, internacional por España en categorías inferiores, siendo campeón de Europa sub'17 en 2008 (y olímpico en Londres 2012). Y en el Barça había llegado al segundo equipo de la mano de Luis Enrique, con el que debutó en Segunda B, ascendió al fútbol profesional y alcanzó la tercera posición en Segunda División en 2011.
Esos números y su potencial no le sirvieron, sin embargo, para hacerse un hueco con Guardiola y en 2011 cogió las maletas rumbo al Chelsea, donde acumuló 22 partidos y 1.982 minutos de juego en dos temporadas. Salió cedido en la 2013/14 al Valencia (13 encuentros disputados y 998 minutos) y en la temporada posterior al Stuttgart de la Bundesliga (1.824 minutos en 27 duelos). Y en 2015 fue traspasado al Southampton, donde compitió siete campañas consecutivas en la Premier League.
Opción low cost
Una trayectoria prolífica con 'Los Santos' tras la que, hace 12 meses, Oriol Romeu regresó a España de la mano del Girona, con el que firmó un contrato de tres temporadas. 3.042 minutos y 34 titularidades en la sensacional campaña de los catalanes ha puesto de nuevo en el cartel al que fuera gran promesa culé.
Sus buenos números en Montilivi y la delicada economía culé han propiciado que, 12 años después, Oriol Romeu tenga la oportunidad que se le negó muchos años atrás atrás. Sonaban Zubimendi (Real Sociedad), Kimmich (Bayern de Munich) o Amrabat (Fiorentina) para sustituir a Sergio Busquets, pero será finalmente Romeu, por poco más de cuatro millones y la cesión de Pablo Torre quien dé el relevo al anterior capitán culé.
Y es que la situación económica del Barcelona sigue siendo delicada. Según informaba ayer una emisora de radio, los culés deben afrontar antes del 31 de agosto el pago de una deuda de 60 millones de euros a causa de las 'palancas' que utilizó el curso pasado. De no lograrlo, ninguno de los fichajes podrá ser inscrito en LaLiga.
Una coyuntura ante la que se hace difícil pensar en grandes desembolsos. Y que ha facilitado el regreso de Romeu al mediocentro culé 12 años después de su abrupta salida.