Resuelto el final de los liberales (enésima desaparición, ahora con el distintivo Ciudadanos), abordamos otro de los patrones de la política española: el emparejamiento de la derecha en sus distintas variantes. Parece que la solución va a ser la alianza PP/VOX en diferentes escalas de compromiso. Y de repente, Mañueco pasará de "outsider" a pionero. Algunos dirán, "ver para creer". Pero yo creo que es lo contrario: el salmantino ha aplicado el postulado teológico de "creer para ver". En realidad, esta es la auténtica dimensión de la fe, que según el catecismo es un don pero también una virtud. Mañueco ha creído en su modelo, lo ha mantenido y ahora puede pasar a ser considerado como un esquema de aplicación general en el ardiente dilema de cómo unir a las derechas sin que se fusionen los átomos.

No es descabellado pensar que facilitan mucho las cosas la percepción de una buena parte de la población que ni se asusta por VOX ni se inquieta porque gobierne con el PP. Más bien se puede pensar que se espantan si se gobierna mal, como parece percibirse en el revés padecido por el experimento PSOE/Unidas Podemos, penalizados por sus errores y no por sus esponsales.

En Alemania, el SPD es ahora tercera opción en las encuestas, porque al partido del socialdemócrata Olaf Scholz, actual canciller, acaba de superarlo el AFD, de ultraderecha. Y así en muchas partes de Europa donde el socialismo democratico no está ganando ni a penaltis. Y ese error de interpretación, causa del extravío de PSOE el 26-M, llevó a dirigentes del Partido Popular a decir cosas que luego no han podido mantener. 

Veremos si a partir de ahora la campaña de las generales consiste en algo más que un monotemático debate sobre estas alianzas. Acabo de estar en Italia y allí la "pavorosa" Melloni ha autentificado su ejecutoria y no acaba de llegar el cataclismo previsto por algunos.. Ya lo dijo Churchill: "A lo largo de mi vida he tenido que comerme muchas veces mis palabras y, créame, es una dieta saludable"