La noche y el patrimonio se alían un año más

E.Carretero
-

Ávila, como el resto de ciudades Patrimonio de la Humanidad y en una iniciativa internacional, abre este sábado monumentos y programó actividades culturales en horario nocturno

La noche y el patrimonio se alían un año más - Foto: Isabel García

En 2018, coincidiendo con la celebración del XXV aniversario de su creación, el Grupo Ciudades Patrimonio de la Humanidad puso en marcha La Noche del Patrimonio. La Nit del Patrimoni. A Noite do Patrimonio, un evento internacional que cuenta con el apoyo de la UNESCO y que supuso un gran éxito mediático y de participación, y que se configura como homenaje a las culturas y las lenguas de todas las ciudades del Grupo, que representan la diversidad y riqueza de nuestro país. 

La sexta edición de La Noche del Patrimonio se celebró este sábado, 16 de septiembre, convertida ya en la gran fiesta del patrimonio histórico y cultural de España. Más de   300 actividades en catedrales, palacios, museos o yacimientos arqueológicos, visitas guiadas, talleres, conciertos y espectáculos al aire libre dieron forma a esta iniciativa que permite disfrutar de la riqueza patrimonial de forma extraordinaria y en este caso en horario nocturno. 

Lógicamente, y de nuevo, Ávila también se sumó a esta propuesta. Lo hizo con un programa que arrancó a las 20,00 horas y se prolongó hasta la medianoche en el que se invitaba a abulenses y turistas, muchos por cierto este sábado, a disfrutar de nuestro patrimonio monumental y cultural en un horario que no suele ser habitual y que en cierta forma tiene algo de mágico por eso de que se trata de una propuesta que se celebra con la luna como testigo, o más bien en esta ocasión con las nubes. 

La propuesta de la Noche del Patrimonio se estructuró en base a tres pilares, ya que por una parte ofreció puertas abiertas a monumentos, actividades culturales y de ocio en el casco históricos  y también un espectáculo de danza del que, además, disfrutaron los alcaldes y concejales de las quince ciudades que la UNESCO ha declarado Patrimonio de la Humanidad en nuestro país España. 

Por esta interesante cita cargada de plasticidad y originalidad comenzamos. Una propuesta de Ana Morales muy íntima y personal en perfecta sincronía con la música al piano de un magnífico José Carra y en la que la palabra también tomó partida sobre el escenario del auditorio de San Francisco, lleno a rebosar desde casi media hora antes de que diera comienzo una propuesta que el dúo protagonista lleva días ensayando en Ávila y que se coronó con un coloquio.

No es de extrañar que gustara la iniciativa pues la bailaora es Premio Nacional de Danza 2022 y puso todo lo mucho que sabe para conmover a un público de lo más variado y sorprendentemente con muchos niños en la sala.

No lejos de allí, en el arco de San Vicente y apenas una hora después del inicio del baile en San Francisco un extenso grupo de personas esperaba ansioso la llegada de la visita guiada para descubrir el casco histórico -previa inscripción-. Por supuesto había visitantes pero también descubrimos que entre los inscritos había no pocos abulenses. Muchos son de los que emprendieron su vida fuera y están de vuelta estos días y aprovechando la Noche del Patrimonio se sumaron a descubrir mejor sus raíces. Así nos lo confesaba un grupo de Madrid. Al lado otro de Salamanca, aunque dos de sus integrantes curiosamente también eran de Ávila y ejercían un tanto de anfitrionas para que el menor que iba con ellos volviera a subirse a la Muralla años después y así descubrir su imagen nocturna.Otros más, de Ávila, confesaban que habían leído que se podía hacer esta visita en el Diario de Ávila y que por ello se  habían ido a apuntar al Centro de Recepción de Visitantes y como ellas, tres amigas más que aún siendo de aquí confesaban entre risas que «yo cuando trabajaba no conocía nada casi de Ávila pero ahora que me he jubilado... Me apunto a todo». 

 También se sumaba a la Noche del Patrimonio el Museo de Ávila donde, además, durante todo el día la entrada fue gratis. Hasta allí se acercaban en horario nocturno Susana y Adrián, vecinos de Madrid pero con casa en La Cañada, que también tenían pensado visitar después el Monasterio de Santo Tomás dentro de su plan de turismo nocturno. «Últimamente Ávila tiene mucha vida, muchas cosas y mucho turismo», decía ella a punto de adentrarse en la primera sala de este museo al que también se acercaban Janira y Sergio, vecinos de Tornadizos de Ávila, junto a su pequeñas María e Iris. La segunda parada de esta joven pareja y de sus hijas era la calle San Segundo para montar en el Tuk Tuk turístico, que  junto con el Tranvía de Ávila, también se sumaba un año más a esta iniciativa. El primer viaje arrancaba en ambos casos a las nueve y desde rato antes ya había colas. 

tranvía turístico. Casi una hora antes esperaban para montar en el Tranvía Blanca e Irene con sus hijos, ambas vecinas de Ávila que aprovechaban esta iniciativa para recorrer la ciudad de un modo diferente. Delante de ellas, y los primeros de la fila, Jorge y su hijo Oliver, de 7 años, con muchas ganas de montar por primera vez en ese tranvía que tantas veces había visto circulando por las calles d e Ávila. 

Con ganas también de montar, en este caso en el Tuk Tuk, y de los primeros de la cola, estaban los gallegos, de Tui, Ramón, Juan Antonio y Delia que por segunda vez visitaban Ávila y que en esta ocasión lo hacían junto a sus amigos Carmen y Paco. En mayo del pasado año, cuando vinieron, ya montaron en el Tuk Tuk, «y dos veces, una de día y otra de noche», contaba Delia, y este sábado repetían, pero gratis gracias a la Noche del Patrimonio. 

Y también cola, pese al tiempo desapacible y ya muy otoñal, para entrar en la Catedral, lugar que elegían para visitar Nati, su marido y su hijo, de Bilbao, este fin de semana en Ávila para asistir al congreso de radioaficionados. «Nos han dicho que junto con la Muralla la Catedral es de los lugares más bonitos de Ávila», decía ella minutos antes de las 21,00 horas, cuando se abrían las puertas del primer templo. 

Muy cerca de allí a la misma hora esperaban para subir al adarve de la Muralla Nerea y sus familiares de Salamanca a los que ni los poco más de 15 grados ni el viento desanimaron para recorrer el primer monumento de noche. Como ellos, otros muchos visitantes elegían la Muralla como primera parada de esta noche dedicada al patrimonio.