El dolor de la madre volvió a marcar el inicio de la Semana Santa de Ávila con el Vía Matris, pero también la ilusión de cuantos se dieron cita a las puertas de la basílica de La Santa y especialmente de los miembros de la Cofradía del Santísimo Cristo de los Afligidos y Nuestra Señora de la Paz, que desde hace 23 años organiza esta procesión, y que este Viernes de Dolores salieron a las calles del centro de la ciudad tras meses de ensayos y preparativos.
La sencillez y la sobriedad marcaron un año más este recorrido que tuvo momentos de gran emotividad, como la salida del templo del conjunto escultórico que forman el Cristo de los Afligidos (1929, Talleres de Arte Cristiano de Olot) y Nuestra Señora de la Paz (2017, Juan Manuel Montaño Fernández), sobre un manto de claveles rojos, donde numerosas personas esperaban expectantes y en absoluto silencio el comienzo de la Semana de Pasión en la ciudad.
Ya antes de ese esperado momento, en el interior de la basílica, el prior de La Santa, David Jiménez, puso voz a la primera lectura del Vía Matris, mientras que las seis restantes se pudieron escuchar en la plaza de La Santa, ya con el paso en la calle que iba avanzando poco a poco con el sonido de las cornetas y tambores de la banda del Santísimo Cristo a la Columna 'El Amarrado' de Ávila como acompañamiento.
El dolor de la madre marca el inicio de la PasiónEn esta ocasión, las lecturas de esas seis últimas estaciones fueron realizadas por tres cofrades del Santísimo Cristo de los Afligidos y Nuestra Señora de la Paz, Gloria Rodríguez, José Luis Álvarez y Mari Luz Jiménez, el hermano honorífico de la Cofradía, Jesús Manuel Sánchez Cabrera; la también hermana honorífica, Sonsoles Sánchez-Reyes, y la directora de la Casa Grande de Martiherrero, Ana Teresa Jiménez.
Así , con la caída de la noche sobre Ávila, se iniciaba el recorrido procesional, con un itinerario que este año de nuevo se desarrollaba en su integridad por el interior de la Muralla, mostrando así toda la belleza del rico patrimonio monumental que atesora el casco histórico de esta ciudad. Eso sí, con una novedad respecto a ediciones anteriores, pues en esta ocasión no se pasó por la plaza del Mercado Chico.
El dolor de la madre marca el inicio de la PasiónUna belleza que se veía desde el primer momento con las imágenes encaminándose bajo la tenue luz nocturna por la calle Madre Soledad hacia la plaza del Corral de Campanas y de ahí a la plaza del Rastro para después dirigirse por la calle Caballeros directamente hacia la iglesia de San Juan Bautista, donde se rendiría visita a la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, mientras las voces de la coral Amicus Meus amenizaban el encuentro, para luego trasladarse hasta el Convento de la Santa, donde sus componentes recibirían a los Sagrados Titulares de la Cofradía del Santísimo Cristo de los Afligidos y Nuestra Señora de la Paz, ya de regreso a la basílica para su recogimiento.