Una de cada 10 españolas ha sufrido agresiones machistas

Carmen Ansótegui (SPC)
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Una encuesta de Sanidad revela que el 12,5 por ciento de las mujeres ha padecido violencia de género en su vida y que el 63 por ciento de los hijos de las maltratadas fueron golpeados

La lacra de la violencia machista continúa instalada en nuestra sociedad. Se estima que el 12,5 por ciento de las españolas ha sufrido violencia física o sexual a lo largo de su vida, y el 2,7 por ciento reconoce haber padecido algún episodio violento en el último año. Además, una de cada cuatro mujeres ha sentido que su pareja ejercía control sobre ella vigilando sus amistades o exigiendo conocer dónde se encontraba.

Estas son algunas de las principales conclusiones de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015, que presentaron ayer el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso y la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández. Un informe que pone de relieve la realidad de la violencia que sufren las mujeres en España.

Según el estudio, la incidencia de agresiones es aún superior a la media en los colectivos «más vulnerables». En este sentido, revela que el porcentaje de víctimas de agresión machista es ocho puntos superior en el caso de féminas con discapacidad. Y el otro grupo con el que se ceban los maltratadores son con las más jóvenes. Hasta el 25 por ciento de las chicas de entre 16 y 19 años considera que su pareja ha ejercido violencia de control en los últimos 12 meses, mientras que en el caso de las adultas, la media se sitúa en el 9,6 por ciento.

Además, lamentablemente, la violencia machista deja a su paso más víctimas que las propias mujeres maltratadas. Hasta el 63 por ciento de los hijos presencian los episodios violentos y la misma cifra acaba, además, padeciendo en sus carnes la furia del agresor.  

La buena noticia llega del número de mujeres que consigue poner fin a esta situación. Se estima que el 77,6 por ciento de las víctimas logra abandonar la relación y continuar con su vida sin el maltratador. Una cifra que se sitúa cinco puntos por encima de la registrada hace cuatro años.

La salida de la violencia es posible, pero para ello es necesario contarlo a alguien cercano. Afortunadamente, el 86,7 por ciento de las mujeres que han sufrido agresiones por su pareja o expareja han confesado su situación a alguien del entorno o han acudido a un servicio de ayuda como la Policía o el juzgado.

Entre los allegados, lo más común es hablarlo con una amiga o un familiar cercano y hay quien opta por algún pariente de la pareja. Pero esta última elección no suele salir bien. Según la encuesta, hasta en la mitad de los casos el familiar de la pareja muestra «poca empatía» y aconseja dar otra oportunidad al agresor e incluso puede llegar a recriminar a la víctima. Más comprensivos son los allegados cercanos a la mujer, que suelen recomendar romper la relación sentimental.

Primeras actuaciones.

Tras dar el paso de reconocer que una persona ha sufrido violencia de género es el momento de acudir a la Justicia. Sin embargo, tan solo denuncian el 26,83 por ciento de las mujeres maltratadas. Generalmente, no acuden a la Policía por miedo a las represalias, por quitarle importancia a la agresión o por vergüenza.

Una vez que deciden denunciar, más de la mitad de las parejas se separan, pero sigue sorprendiendo que dos de cada 10 acaben retirando los cargos. Los motivos son variados: pena, miedo, pensar que puede cambiar, falta de recursos económicos o por proteger a los hijos.

Lo positivo es que quienes piden auxilio, se muestran conformes con los servicios prestados y con la ayuda recibida durante ese período. Encabezan la lista de agradecimientos los médicos, seguidos por los abogados, psicólogos y psiquiatras y organizaciones de ayuda a la mujer. Y es que entre el 70 y el 80 por ciento de las féminas que acuden a estos servicios aseguran estar «muy o bastante satisfechas» con el aporte recibido.