Desde Diego Armando Maradona hasta Kang In Lee, pasando por Robert Prosinecki, Adriano, Seydou Keita, Javier Saviola, Leo Messi o el Kun Agüero. Muchos han sido los jugadores que el Mundial sub'20 ha encumbrado. En la última edición, celebrada en Argentina, un futbolista ha sobresalido por encima de todos. Aunque su selección cayó en la final, Cessare Casadei, Balón de Oro y Bota de Oro del campeonato, se ha llevado todos los focos.

El italiano lideró a la 'Azzurra' hasta el partido definitivo en La Plata, donde acabó perdiendo por la mínima ante Uruguay. Casadei, con siete goles y dos asistencias en siete encuentros, ha sido la pieza clave de un cuadro transalpino que murió en la orilla, pero que mostró que tiene futuro para rato, pese a que en la absoluta las cosas no hayan ido como se preveía desde la Euro'2020.

Sin embargo, hay esperanza, sobre todo en Casadei. A diferencia de lo que se ha podido ver en todas las Copas del Mundo de la categoría celebradas hasta la fecha, el máximo realizador no es un delantero, sino un centrocampista con alma de 'killer'. Casadei partió durante toda su estancia en Argentina desde uno de los interiores del clásico 4-3-1-2 italiano.

El jugador de Rávena, nacido en 2003, jugó en el equipo primavera (juvenil) del Inter. Su etapa 'neroazzurra' finalizó con un traspaso al Chelsea, donde llegó a coincidir con Thomas Tuchel. El germano, que lo tuvo a sus órdenes, llegó a definir a Casadei como un centrocampista «'box to box'», de los que van de área a área y aportan tanto en la fase defensiva como en la ofensiva.

El conjunto londinense cedió al italiano al Reading, club que consumó su descenso a la League One al final de la pasada temporada. En la ciudad de Berkshire, Casadei se estrenó como goleador el mes de marzo y se consolidó como un titular habitual. Ahora, con su valor creciendo tras su actuación en el Mundial, regresa al Chelsea, que tendrá que tomar una decisión sobre el futuro inmediato del jugador.

Cabeceador

En Argentina, el centrocampista transalpino se estrenó como realizador en el primer partido, nada más y nada menos que contra Brasil. Lo hizo a la salida de un córner, remachando de cabeza un balón suelto en el área. Ahí demostró por primera vez su gran lectura de la jugada en las alturas, pues volvió a repetir hasta dos veces más con la testa, con el 0-1 ante la República Dominicana y el 0-1 frente a Colombia en cuartos.

Si tres de sus goles llegaron con la cabeza, dos de ellos fueron de penalti, genialmente ejecutados y que él mismo provocó. Las dos dianas restantes fueron en juego corrido: el 0-3 ante los dominicanos con una recuperación en campo rival y gran definición y el 1-0 que abrió la semifinal contra Corea del Sur con un golpeo extraordinario desde la frontal del área.

Por encima de todo esto, Casadei también ha destacado por su buen manejo de balón, su gran capacidad para asomarse al área contraria y por el apoyo a sus compañeros en defensa. Junto a otros grandes nombres que deja el Mundial sub'20 en la selección italiana, como Matteo Prati, Giuseppe Ambrosino, Francesco Esposito o Sebastiano Desplanches, el Bota de Oro y Balón de Oro ha aprovechado el momento para llevarse todos los focos y dar un paso adelante en su carrera. En 2019 lo hizo Eling Haaland, y ahora acaba de levantar la Champions. Se verá en 2027.