«El norte de España fue el mayor dolor para el imperio romano»

D. Casillas
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Francisco Narla presentó su novela 'Breo. El celta que desafió a Roma', libro en el que reivindica los grandes y olvidados valores de nuestros antepasados celtas

«El norte de España fue el mayor dolor para el imperio romano»

Francisco Narla, uno de los escritores de novela histórica que está conociendo un notable y merecido éxito en nuestro país, pasó este jueves por Librería Letras para presentar su último libro publicado, Breo. El celta que desafió a Roma, una obra cuya temática se centra en una rebelión contra el poderoso imperio romano que tuvo lugar en la España del norte del Duero, pero que al mismo tiempo, con esa capacidad de la buena literatura de traspasar fronteras temporales, establece paralelismos con el presente en el que la reivindicación juega un papel importante.

Convencido de que «tenemos que cambiar la imagen un tanto negativa y pobre que aún tenemos de los celtas y, sin negar a Roma y las cosas buenas que nos trajo, rescatar la memoria de nuestros 'abuelos' y sus muchos y grandes valores», Narla lleva al lector a los tiempos del emperador Nerón (con sus antecedentes) para narrar la descomunal aventura de un guerrero que, refugiado en la costa norte de la península ibérica, decide seguir la lucha contra Roma que había iniciado su padre, enfrentándose a la venganza cruel de un dictador que provocó un «genocidio».

En esa decisión de rescatar a través de la literatura un episodio histórico muy poco conocido, el escritor gallego reivindica con un discurso ameno «una historia auténtica y muy nuestra que no recordamos, y a mí eso me duele, porque nos hemos tragado el relato de los vencedores de Roma pero al norte del Duero somos mucho más celtas de lo que creemos, muchísimo más, y ahí entra también Ávila».

«Si lo piensas, hay más arte, teatros y circos romanos entre Tarragona y Cartagena y en el norte de África que en el norte del Duero, y eso es así porque en esta zona el imperio romano nunca tuvo la dominación que sí consiguió en otros territorios en los que estuvo. Hay muchos historiadores que están de acuerdo en que probablemente el norte de España fue el mayor dolor para Roma, un imperio que nunca había necesitado tanto tiempo para conquistar nada y que nunca necesitó reunir tan alto número de legiones como las que necesitó para aplacar a esa zona de la Península Ibérica, además de que este territorio fue el único en el que renunció a llevarse esclavos».

«Las Galias las conquistó Julio César en siete años, luchó contra Vercingetórix y se acabó la lucha, y además se llevó de allí a muchísima gente para venderla como esclavos, pero en España renuncian a eso, los españoles no se rendían, estaban en lucha constante, y ante esa situación Nerón ordenó que se matase me matase a todo el mundo capaz de sostener un arma. El imperio romano estaba harto de la guerra y de nosotros, porque siempre estábamos luchando, no nos dejábamos tratar como esclavos y decían de nosotros que éramos como bestias. Yo creí que merecía la pena contar eso, lo que fue una auténtica lucha por la libertad de nuestros abuelos, y merecía la pena porque además aquella aventura se puede conectar con el presente».

Volviendo sobre el enorme poso celta que queda en todo en toda la zona de la península al norte del Duero, incluyendo en ese territorio a la provincia  de Ávila, Francisco Narla recordó que «palabras como camino, perro, caballo, abedul, preso o vereda vienen de entonces, y además tradiciones como la del día de difuntos y muchas leyendas son herencia de aquel mundo, tenemos mucho más de celtas de lo que creemos, y no nos damos cuenta».

Además, añadió, «hay que desmentir que los celtas fuesen unos brutos sin cultura, ellos tenían un calendario lunisolar, nos consta que el comercio de estaño ya existía antes de las guerras púnicas y antes de que Roma estuviera por medio, y toda esa zona ya comerciaba con Irlanda e Inglaterra. Antes de que llegasen los romanos ya teníamos una cultura importante con los celtas, ya teníamos cosas que trascendieron, y sin querer ser demagógico ni pretender hacer indigenismo sí quiero reivindicar que aquí tenemos un pasado muy rico que lo hemos metido bajo la alfombra de lo romano, olvido de los valores propios que no han dejado que existiera por ejemplo ni en Francia ni en Inglaterra, pero aquí si hablamos de Viriato te llaman facha».