Unidos por San Juan de Ávila

M.M.G.
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García Burillo preside la eucaristía por el patrono del clero secular, que sirve de homenaje a los curas que celebran 60, 50 y 25 años de sacerdocio, y confirma que su «petición» para la llegada de un nuevo obispo no tiene aún respuesta

Unidos por San Juan de Ávila

La basílica de La Santa se vistió este miércoles de fiesta para acoger a los alrededor de 110 sacerdotes de la diócesis abulense que se unieron para festejar su día, el de San Juan de Ávila, patrono del clero secular español.

Una jornada que, además, sirvió para rendir homenaje a los sacerdotes que este 2023 cumplen sus aniversarios 'redondos' de ordenación.

Sacerdotes tan veteranos como los ordenados en 1963, que este año celebran sus Bodas de Diamante (60 años de vida sacerdotal), y que no son otros que Pedro Antonio García Jaén (Mercadillo, 1938), jubilado, adscrito a la parroquia de Candeleda; Antonio Gutiérrez Sánchez  (Rivilla de Barajas, 1938), administrador parroquial de Albornos y Narros de Saldueña, profesor jubilado del Colegio diocesano Asunción de Nuestra Señora; y José Manuel Sánchez Caro (Ávila, 1940), adscrito a la parroquia de San Pedro Apóstol (Ávila capital), quien ha sido rector de la Universidad Pontificia de Salamanca (1989 – 1998) y de la Universidad Católica de Ávila (2003 – 2007).

Otro veterano en el sacerdocio es Juan Antonio Muñoz Bullón (Tornadizos de Ávila, 1948), ordenado en 1973, y que ayer, ya jubilado, celebraba sus Bodas de Oro.

A ellos se sumaron, además, los dos sacerdotes que celebraroncon sus compañeros sus Bodas de Plata (25 años como presbíteros, al haber sido ordenados en 1998): Alejandro Cortés Diéguez (Orense, 1965), párroco de San Martín de la Vega del Alberche y administrador parroquial de Cepeda de la Mora y Garganta del Villar, entre otros; y José Luis Gaíl Nieto (Martínez, 1970), párroco de Santiago Apóstol (Ávila capital) y Director de la Oficina diocesana de Peregrinaciones.

Y al frente de todos ellos, el encargado de presidir la eucaristía, el administrador diocesano, Jesús García Burillo, al que también se le rindió un homenaje especial al celebrar este año sus Bodas de Plata como obispo. Fue en 1998 cuando el Santo Padre le nombró Obispo Auxiliar de Orihuela – Alicante, desde donde llegaría a esta diócesis de Ávila en 2003.

«Hace dos años celebré los 50 años de sacerdocio», sonreía García Burillo al recordar para Diario de Ávila otra fecha redonda en su dilatada carrera sacerdotal. 

«Lo vivo con gran sencillez, y lo que sí que procuro estos días es renovar mi fidelidad alSeñor y a la Iglesia, y al servicio que debo a la Iglesia y a la sociedad», reflexionaba Don Jesús sobre una labor que, por cierto, todo apunta a que seguirá siendo activa más tiempo.

No en vano, García Burillo aprovechaba los últimos compases de la eucaristía para compartir con sus compañeros que su «petición para que traigan pronto un nuevo obispo a Ávila» no ha obtenido aún respuesta. «Tengo que deciros que no sé nada», sonreía y lo hacían también el resto de sacerdotes, junto con los que pidió que «elSeñor nos mande pronto» el nuevo obispo.

«No se oyen rumores», comentaba después sobre este tema a Diario de Ávila, y se refería esa «fidelidad, a ese esperar, a la paciencia tranquila» que marcan esta etapa de su vida y en la que él, decía, sigue «actuando como si fuera el primer día».

García Burillo agradecía también la fidelidad y el sacrificio de todos los abulenses que ejercen su ministerio en Ávila. «Es una vida complicada, ahora y siempre, es una vida de entrega, de gozo, pero también es de renuncia, es evidente. Y hoy es un día apropiado para agradecerles toda la entrega, el trabajo, el servicio, el esfuerzo y a veces el sufrimiento por la salvación de las almas, por entregarse y vivir por los demás», lanzaba su mensaje el administrador diocesano, que hacía mención también a la necesidad de las vocaciones. «La edad media de los sacerdotes de aquí es de 70 años», apuntaba el dato DonJesús, para el que «sin sacerdotes no hay Iglesia».

La jornada de fiesta concluyó con una comida fraterna de todos los sacerdotes en el mismo convento