Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Tamames se equivoca de escenario

22/03/2023

Existen dos maneras de decir las cosas, las de Santiago Abascal y la de Ramón Tamames, pese a que, finalmente, la intervención del candidato interpuesto del líder de Vox no difirió tanto en cuanto al fondo de los asuntos, pero si en cuanto a las formas, tan distinta y con citas que a los diputados de Vox no le habrán hecho mucha gracia. Como se esperaba, la intervención de Tamames, bien construida, no se ha separado ni un ápice del ideario del partido que le ha propuesto aunque la suavidad de las formas ha contrastado con la "brutalidad" de Abascal como ha definido el presidente censurado, Pedro Sánchez, la intervención del líder de Vox.

Por tanto, nada nuevo ni en la exposición de Abascal, ni tan siquiera en la de Ramón Tamames con su enmienda a la totalidad de la acción de gobierno de Pedro Sánchez, desde la situación catastrófica de la economía y la presunta inseguridad jurídica al mensaje del odio con la ley de Memoria Democrática, los ataques a la unidad de España, la lengua y la monarquía parlamentaria, y las invectivas a las políticas de género, energéticas, o la compra de votos a través de las medidas de protección social. En fin, el conjunto de críticas basadas en afirmaciones de dudosa confirmación en la que se echaron en falta la presencia de propuestas más allá de la derogación de las "leyes extremistas" (Abascal) de los gobiernos socialistas.

El candidato, sin embargo, no se refirió a la actitud del Partido Popular en esta moción a la que dedicaron sus mensajes Abascal y Sánchez, el primero para comprometer su voto favorable a la moción de censura, dado que las dos pretensiones esenciales eran descabalgar a Pedro Sánchez del poder y lograr la celebración anticipada de elecciones generales, compartida por ambos partidos. Pero dado que el fracaso de esas pretensiones estaba anunciado, la intervención de Sánchez, también como estaba previsto se dedicó a subrayar los beneficios de la política económica de su Gobierno en contraposición con las recetas que aplicó el PP en el Gobierno, basándose en el cambio de paradigma en la forma de abordar las crisis y la situación económica, apoyado por las decisiones de la Unión Europea.

Sánchez, sin embargo, fue excesivamente prolijo en la enumeración de sus políticas gubernamentales en su afán de responder a cada una de las afirmaciones que había realizado el candidato Tamames, que le llevó a protestar saltándose los usos parlamentarios y a criticar la longitud de su intervención con ausencia de respuesta a las cuestiones que planteó sobre las reformas de los delitos de malversación y sedición o la política exterior. No se puede negar que el Gobierno se ha tomado en serio la moción de censura y a su candidato, pero el propio Tamames dio la impresión de que se habría encontrado más cómodo en una tertulia política que en un debate parlamentario. Y como también estaba previsto, su intervención fue un trampolín para que el Ejecutivo realizara apología de su gestión.

Como telón de fondo del debate ahí estaba la presencia/ausencia de Alberto Núñez Feijóo, con la pregunta que realizó Abascal al PP -al que asimiló a la socialdemocracia- acerca de si derogarán "las leyes del zapaterismo" y al que animó a fijar posición para que sus votantes lo sepan, y les animó a votar a favor de la moción de censura. Sánchez lo tuvo más fácil a la hora de reunir en el mismo paquete al PP y a Vox en todas las ocasiones en que tuvo oportunidad por su oposición al alimón de todas las leyes económicas y sociales del Gobierno, y al decir que las propuestas de Tamames encajarían en las del PP.