Carolina Ares

Escrito a tiza

Carolina Ares


Del Club de la S

01/04/2023

¿Recuerdan ustedes los tiempos anteriores a YouTube, Amazon y las plataformas digitales? Hace cerca de veinte años que forman parte de nuestras vidas y muchos podemos recordar lo difícil que era conseguir ciertos discos o canciones porque no los traían a España mientras que, a los más pequeños, pensar si quiera que no pudieras escuchar una canción de cualquier parte del mundo nada más salir les suena a ciencia ficción. Y, sin embargo, así era. A los que nos gustaba la música de fuera no siempre nos era fácil conseguir los discos que queríamos, por no hablar de poder acudir a conciertos. Esta es la historia de una chica, quien les escribe, que se lo pasaba (y se lo pasa) pipa en los conciertos de La Oreja de Van Gogh, pero se las veía y se las deseaba para conseguir la música de su otro grupo favorito por aquel entonces: S Club 7.
Para los que no los recuerden, S Club 7 fue la siguiente banda que montó Simon Fuller tras las Spice Girls. En común tenían la proyección internacional, la posibilidad de representar  a muchas personas en la variedad de sus componentes, música pop de la que lanza un mensaje y todo un aparato de marketing a manos de su manager. Sin embargo, aunque fuera de España fueron todo un éxito, aquí nunca terminaron de cuajar para gran desgracia mía. Tuvieron tres series de televisión, una de las cuales sigue siendo la más vista en la historia de la BBC infantil, una película, cuatro discos, dos dvds de conciertos y uno de videoclips. Y yo tuve grandes dificultades para hacerme con todo ello. También tuvieron todo tipo de productos de marketing de los cuales nunca conseguí nada, pero no importa, yo lo que quería era su música. El primer disco no me costó: salió a la vez que la serie y lo puede comprar en el Corte Inglés. El segundo tardé casi un año en conseguirlo. Me lo descargaron (y tardaron más de una semana) pero meses más tarde tuve la suerte de verlo en una tienda de discos de Santander, que ya ha cerrado, y pude comprarlo. El tercero también me lo intentaron descargar pero hasta que me lo trajo mi tía en su primera visita a Londres, no lo tuve completo. El cuarto lo compré yo en mi primer viaje a Londres. Aprovecho aquí para recalcar que la descarga era la única alternativa posible, pero que cuando conseguía el original, me deshacía de los otros. La parte de los conciertos es más interesante. En España nunca tocaron. Sin embargo, los Reyes Magos pedían a cualquier emisario que fuera al Reino Unido que me trajera algo de ellos de allí. Y así fue como dos navidades seguidas me trajeron los dvds de sus conciertos, que me sabía, música y baile de memoria. Para cuando se separaron, YouTube aun no existía.
A estas alturas de artículo pensarán: Y este repaso a la vida antes de la inmediatez digital… ¿a qué viene? Pues viene a que la paciencia tiene su premio. Tardé en conseguir sus discos, pero aún los tengo guardados como oro en paño, no se han perdido en un universo digital. Incluso esos periodos en los que esperaba los discos con ansia, los hicieron más preciados y valorados. Y a que jamás los vi en concierto, pero el mes pasado anunciaron una gira de reunión por el Reino Unido y, aunque se vendió todo casi en el momento, he conseguido entradas. El próximo mes de octubre reviviré el sueño de la adolescente que quería verles cantar y bailar en directo. Y corearé con mucha gente la letra de sus canciones, que como dije al principio, tenían mensaje, un mensaje más que necesario en estos tiempo. Que en la vida las cosas pasan por un motivo. Que no pares de moverte. Que brindemos por los buenos tiempos. Que no dejes de intentarlo. Que alcances las estrellas.