Editorial

Una pandemia que dejó secuelas que hay que superar

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Estos días se cumplen tres años desde que estalló la pandemia provocada por la covid-19, un virus que trastocó por completo nuestras vidas. Una enfermedad que obligó a los gobiernos a tomar decisiones drásticas y que en el caso de España llevó al Ejecutivo a decretar un estado de alarma que nos mantuvo encerrados en nuestras casas durante meses, que impuso el empleo de mascarillas (que aún siguen estando presentes en un buen número de situaciones diarias), que sesgó la vida de millones de personas en todo el mundo y dejó secuelas aún presentes en muchas más, que obligó a modificar nuestras formas de viajar, de comprar, de asistir al colegio o al centro de trabajo, de divertirnos… En definitiva, alteró por completo nuestra existencia y hoy, transcurridos tres años, aún tratamos de recuperar la normalidad, esa que había instaurada antes de la pandemia, en distintas situaciones.

Esta experiencia vital debería habernos hecho reflexionar y a tomar nota en caso de que se puedan volver a repetir situaciones similares, para ser más prudentes y, sobre todo, para tener una capacidad de reacción más rápida y más certera en caso de que circunstancias de similares características impliquen que se tengan que tomar decisiones drásticas. 

Sin duda, una de las áreas donde esa influencia de la pandemia ha sido más palpable ha sido la sanitaria. La organización de la Sanidad se vio completamente alterada, teniendo que adoptar nuevos protocolos de actuación a marchas forzadas para tratar de frenar a un virus que por momento fue imparable, y desbordó por completo a los profesionales sanitarios. Su capacidad de reacción fue encomiable, pero dejó muchas secuelas que aún hoy son visibles, y la Sanidad hoy en día, cuando aún busca recuperar la normalidad tras la dura prueba que ha superado, necesita readaptarse para poder atender aquellas cuestiones que son prioritarias y que quedaron en un segundo plano para centrar todos los esfuerzos en el covid-19 y lo que ello implicaba.

La Atención Primaria debe aún recuperar la totalidad de esa cercanía con el paciente, para transmitirle esa tranquilidad, ese consejo, ese apoyo que sólo el médico de familia puede prestar a cualquier paciente. Y hay que conseguir reducir las listas de espera, tanto de consultas como de intervenciones quirúrgicas, de la Atención Especializada. Hoy la covid ya se afronta como una enfermedad transmisible más; los hospitales, como el de Ávila, ya no tienen plantas específicas dedicadas a estos enfermos. Se puede decir que lo peor de la pandemia ha pasado, y hay que confiar en que ya no habrá pasos hacia atrás después de que la población haya respondido ejemplarmente con la vacunación que se estableció.

Llega el momento de pasar página y hacer frente a los problemas de la Sanidad que venían heredados de antes de la pandemia, que quedaron en segundo plano, y que con el tiempo se ha visto recrudecidos, y ahora hay que acometer con decisión, sin escatimar esfuerzos, para seguir confiando plenamente en la Sanidad de este país.